
PALABRAS DE DANIEL PRESIDENTE
DEL GOBIERNO DE RECONCILIACIÓN
Y UNIDAD NACIONAL DE NICARAGUA
Esta Banda le pertenece a los campesinos, a los trabajadores, a la juventud, a las mujeres; esta Banda le pertenece a Nicaragua entera, a los pobres, al pueblo, a todos los nicaragüenses que están dispuestos a luchar por la justicia.
A todos los nicaragüenses que están dispuestos a luchar, porque desaparezca el hambre, la falta de salud, la falta de educación de nuestra Patria. A todos los nicaragüenses que, a pesar de los golpes recibidos, por las políticas neoliberales... cada vez que converso sobre el tema, con los mismos representantes de los organismos del Fondo Monetario, del Banco Mundial; con los representantes de la Comunidad Europea y con representantes del mismo Gobierno norteamericano, les digo... ¿Cuáles son los resultados de estas políticas que Su Santidad el Papa Juan Pablo II, llamó capitalismo salvaje?
¡Así lo llamó Su Santidad! Y, les pregunto, y les digo a quienes siguen insistiendo, que el modelo neoliberal es la única salida para que nuestros pueblo puedan llegar al bienestar y al progreso... les digo, pero... ¡voy a someterme a la prueba aquí en Nicaragua! Y, no vamos a poner de ejemplo otros países, porque ¡sobran ejemplos donde la situación es similar!
Aquí en Nicaragua, desde el año 1990 hasta la fecha, se instaló el neoliberalismo y... ha habido crecimiento económico, y se ha logrado controlar la inflación, ¡es cierto! Y, si hay crecimiento económico y el país está produciendo tanta riqueza... ¿donde va a parar esa riqueza? ¿Acaso va a parar a los campesinos? ¿acaso va a parar a los trabajadores? ¿acaso va a beneficiar a las familias, a la juventud? ¿Acaso ese crecimiento económico beneficia a nuestra niñez?
¡Beneficia a unos pocos! y por eso es que, después de 16 años les digo... ¡pero cómo me pueden seguir insistiendo que este modelo es lo mejor! cuando, en Nicaragua, tenemos 4 millones 200 mil nicaragüenses en la pobreza; de los cuales, 2 millones 200 mil que están en la extrema pobreza, y de ellos, tenemos a 1 millón 500 mil nicaragüenses que pasan hambre todos los días.
Con un país con tanta riqueza, un país bendito por Dios, con tierra fértil, con agua por todos lados, y sobre todo, con hombres y mujeres ¡que no quieren vivir de la limosna! que no quieren salir del país; que quieren ganarse el pan con el sudor de su frente; un pueblo que lo que quiere es Trabajo, Paz, Reconciliación.
Esta tarde histórica, hemos regresado al Gobierno, ¡después de 16 largos años! Nosotros, por las circunstancias de la historia, nos vimos obligados a empuñar las armas, como las empuñó José Dolores Estrada, en San Jacinto, en la batalla contra los filibusteros del norte, contra los expansionistas. Nos vimos obligados a empuñar las armas, como aquella piedra que, en los corrales de San Jacinto, levantó nuestro héroe Andrés Castro, para derribar, de una pedrada, a los invasores.
Es decir, nos vimos obligados a levantarnos, como se levantó Zeledón, como se levantó Sandino, contra la ocupación; y finalmente, aquel glorioso 19 de julio de 1979, Nicaragua se convirtió en un territorio libre más, de América Latina y el Caribe.
Escuchábamos el mensaje que pronunciamos después de entregar el Gobierno en el año 1990, y allí dijimos, en pocas palabras... “que los Revolucionarios, los pueblos, los campesinos, los trabajadores, la juventud, donde hay dignidad, donde hay fortaleza, esos pueblos, esos luchadores, esas luchadoras ¡ni se venden, ni se rinden! y dijimos entonces, que ¡íbamos a gobernar desde abajo!
Una mala palabra para los que quieren gobernar desde arriba, sin tomar en cuenta a los de abajo; una mala palabra, para los que quieren gobernar desde arriba, para explotar y oprimir a los de abajo; una mala palabra, para los que quieren enriquecerse, a costa de la pobreza y el hambre del pueblo.
Y este pueblo, ha tenido el coraje, el valor, la conciencia, de resistir, en medio del hambre, en medio de la pobreza, en medio de la incertidumbre. Miles de hermanos han tenido que emigrar hacia otras naciones, hacia otros países, para buscar trabajo; miles de niños piden por las calles y por los caminos, para poder medio comer, medio alimentarse.
Y, han sido 16 años, en los que el pueblo ha pagado los grandes costos de estas políticas económicas, que se conocen como neoliberalismo. Nosotros, tenemos el reto de abrir un nuevo camino, que le permita a las familias nicaragüenses vivir con dignidad; el camino que le permita, a todo el pueblo nicaragüense, prosperar; el camino que les permita a los campesinos, acceder al financiamiento.
El camino que le permita a la juventud, acceder a la educación; que no tengamos estas cifras dramáticas, del 35% de analfabetismo en Nicaragua. Nicaragua, no puede ser libre con gente desempleada, con gente en la pobreza; Nicaragua no puede ser libre, con hombres y mujeres en el analfabetismo; Nicaragua no puede ser libre con miles de niños que no pueden ir a la escuela.
Por eso, los retos que tenemos ¡son inmensos! Porque, durante estos 16 años, se establecieron las bases de un modelo, que ha dado esos resultados. Yo les digo a quienes promueven este modelo, con sus recursos, los países del Norte, los países desarrollados, ricos... les digo: “pero, si este es un modelo que no está funcionando, y, la mejor prueba de eso es que, en 1979, cuando triunfó la Revolución en Nicaragua, encontramos 65% de analfabetismo, nos lanzamos a alfabetizar a pesar de aquellas condiciones adversas de la confrontación, y logramos reducir el analfabetismo al 12.5%.
En el año 90, entregamos a Nicaragua con el 12.5% y, después de estos 16 años, con el crecimiento económico... ¿qué es lo que ha sucedido? ¡Ha crecido también el analfabetismo! Y, es la prueba más contundente que este modelo, no soluciona los problemas que enfrentan los pueblos en América Latina y El Caribe; que ese modelo no resuelve los problemas que enfrenta el pueblo nicaragüense.
Hemos dado la oportunidad, el pueblo les ha dado la oportunidad durante 16 años, de experimentar el modelo; aquí no han habido levantamientos como en Bolivia, donde han derrocado gobiernos; o como en Ecuador, que han derrocado gobierno tras gobierno, cuando se presentan situaciones como esta que les estoy describiendo. Aquí, el pueblo ha tenido ¡una enorme paciencia! Se ha llenado de una gran paciencia, Dios le ha dado una gran paciencia a este pueblo, una gran sabiduría, y ellos, han tenido la oportunidad de poner en práctica su modelo.
Los resultados ustedes los conocen muy bien, los resultados son, más riquezas para los que más tienen y, más pobreza para los que menos tienen. Y entonces ¿qué comprometimos en nuestra campaña? Dijimos que teníamos que unirnos los nicaragüenses...
(cambio de cassette)
... cuando la miseria, el hambre afectaba a una familia liberal, a una familia sandinista, conservadora, católica o evangélica, el hambre no hace diferencias; esas políticas económicas no hacen diferencias... hacen sufrir por igual, a la inmensa mayoría de las familias nicaragüenses, independientemente del Partido Político con que simpaticen.
Por eso dijimos, así como Sandino levantó la bandera rojinegra para defender la soberanía de la Patria, frente a la ocupación extranjera; hoy, nosotros, desde la bandera rojinegra de Sandino, del Frente Sandinista, hemos invitado a todos los nicaragüenses, a todas las banderas, a unirnos bajo la bandera azul y blanco para sacar del hambre, de la miseria, de la pobreza, al pueblo nicaragüense.
Todos tenemos cabida en este país, que realmente tiene poca población para la extensión territorial. El Salvador, un país bien pequeño, anda por los 21 mil kilómetros cuadrados y tiene mucha más población que Nicaragua. Aquí tenemos tierras... ¡no hay razón para estar peleando por tierras! no hay razón para estar ocupando tierras... hay suficiente tierras.
Lo que ha faltado es un Gobierno del pueblo que le entregue, conforme ley, la tierra a los campesinos; con el financiamiento para que la trabajen y produzcan esos frijoles que consumimos en las ciudades; y produzcan ese maíz, que luego se convierte en tortillas y que disfrutamos todos en las ciudades.
Son los campesinos los más abandonados, los más abnegados, los más sacrificados y, son prácticamente, la mitad de la población nicaragüense. Por eso es que hemos dicho, tenemos que unirnos todos, desde los que más tienen; los que más se han enriquecido, tienen que aportar, contribuir para que todos, juntos, saquemos a Nicaragua de la pobreza y, entonces, las familias nicaragüenses puedan vivir con dignidad.
Para que todos juntos, enfrentemos problemas que no hacen diferencia entre ricos y pobres. El problema del medio ambiente, no hace diferencia y afecta por igual a rico y pobres; por igual afecta a los países que están empobrecidos, y a los países que acumulan el capital y la riqueza en el mundo.
Tenemos que defender el derecho de la humanidad, el derecho de la familia, de los seres humanos, a vivir en este pequeño Planeta, llamado Tierra que Dios, Nuestro Señor vino, llevándolo a la vida en siete días. No podemos permitir que nuestros recursos naturales se destruyan. No podemos permitir que nuestros recursos naturales sean privatizados; el agua no debe ser privatizada; el agua ¡no puede ser privatizada!
¿Quién en Nicaragua, podría estar de acuerdo con que se privatice el agua? Ya hemos visto los resultados de las privatizaciones y, sobre esto, he conversado bastante con nuestro hermano Hugo Chávez, porque estoy hablando del problema energético. Si falta la energía, nos afectamos todos, desde los más ricos, las más grandes industrias, las más grandes empresas, los más grandes capitales, hasta las más humildes familias se ven afectadas cuando falta la energía.
Los muchachos, las muchachas, se ven afectados para estudiar en la noche, cuando falta la energía; los que tienen su trabajo por cuenta propia; los que con gran esfuerzo han comprado una computadora... de repente viene el apagón ¡y les dañó la computadora! Los que con gran esfuerzo compraron el televisor, el radio, la refrigeradora... vino el apagón y se los dañó.
Las familias que tienen su ventecita y su pulpería, que guardan en la mantenedora, carne, pollo, alimentos que se pueden descomponer... vino un apagón y entonces ¡pierden! Todo el mundo pierde, los que más tienen y los que menos tienen; pierde todo el país y, en esas condiciones, no puede progresar. ¡Imposible que el país pueda progresar!
¿Qué es lo que pasó con la energía? Aquí... ¡se privatizó la energía en estos años! Se privatizó la distribución de la energía a una empresa española y, se privatizó la energía, dándole en concesión las generadoras que eran del Estado, a particulares. Lógicamente, que los empresarios que concesionaron estas plantas, buscaron las que estuvieran en mejor estado, porque ningún empresario se va a meter a invertir en una planta que esté en mal estado, para perder; el empresario se mete para buscar cómo ganar.
La mayor planta que tiene Managua, que lleva ese mismo nombre, la Planta Managua, es la que quedó en manos del Estado, porque ya es una planta que tiene más de 40 años; a cada rato hay que estarla reparando, está completamente deteriorada... nadie quiso hacerse cargo de la Planta Managua, porque decían “allí voy a perder.”
Ellos buscaron las plantas que estuvieran en buenas condiciones; y por eso, la Planta Managua quedó en manos del Estado. La otra que se logró salvar y se ha logrado salvar gracias al clamor del pueblo, es Hidrogesa, que es nuestra planta hidroeléctrica y que también la iban a privatizar, pero el pueblo protestó y, finalmente, ¡no se privatizó, ni se privatizará Hidrogesa!
Pero es que además, Hidrogesa ha demostrado en estos años, como lo demostró en nuestro Gobierno, que daba ganancias, utilidades. Es una empresa que da ganancias... ¿cómo es posible que una empresa que da ganancias se vaya a entregar a un precio regalado? pero, además, poniendo en riesgo un recurso vital como es el agua.
Y cuando hablamos de la energía, también, cuando falta la energía ¡falta el agua! Y ustedes lo saben perfectamente bien, cómo continuamente está faltando el agua en los barrios de Managua y en diferentes lugares de nuestro país. Allí tenemos un grave problema que estamos heredando, resultado de la privatización... ¡eso es resultado de la privatización!
Si no tuviésemos esos problemas, si tuviésemos un servicio de energía permanente; si el recibo que les llega a ustedes, fuese con el cobro justo... entonces diríamos ¡qué bueno que hayan privatizado! Pero... es que ¡no! Ha sucedido todo lo contrario; ahora tenemos apagones continuamente y, cuando llega la cuenta, a pesar de que no hay servicio de energía... llega cada vez más alta.
Esta situación tenemos que enfrentarla de inmediato y estamos trabajando un plan de emergencia en el que están contribuyendo nuestros hermanos venezolanos de la República Bolivariana; está contribuyendo nuestro hermano Hugo Chávez, que ya mañana nos hará entrega de las primeras plantas, que nos están haciendo llegar, para ir cubriendo ese déficit de energía, que tenemos.
Hablar de la necesidad de unirnos los nicaragüenses, creo que es importante reconocer y quiero aquí, reconocerlo públicamente, que hemos encontrado una gran disposición de todos los sectores de la sociedad nicaragüense, desde los que más tienen hasta los que menos tienen; desde los grandes empresarios, los dueños de la Banca, inversionistas. En todos ellos hemos encontrado la disposición de unir esfuerzos para librar esta batalla en contra de la pobreza y, en contra de la falta de energía.
Es decir, en la unidad está la fuerza; en la unidad está la victoria; y así como tenemos que unirnos los nicaragüenses para enfrentar todos estos desafíos y aportando todos, ideas, propuestas. Hemos encontrado iniciativas de sectores populares, muchas propuestas e igualmente, iniciativas y propuestas de los sectores empresariales, que son bienvenidas por este Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.
De la misma manera, tenemos que unirnos los centroamericanos; tenemos que seguir luchando por la Unidad Centroamericana y, los centroamericanos unirnos con los caribeños; y los centro-americanos, caribeños, y mexicanos, que están más al norte, unirnos con los suramericanos. Unirnos bajo una sola bandera, porque realmente, somos una sola nación, una sola cultura, un solo pueblo... no hay razón alguna para que existan barreras, para que existan fronteras entre nuestros pueblos.
No hay razón alguna para que sufran de tanta pobreza nuestros pueblos; no hay razón alguna para que, en ocasiones, se enfrenten nuestros pueblos por un pedazo de tierra en una zona fronteriza y que, como resultado de esas guerras fronterizas, no le traen ningún bienestar a los pobres. Los pobres siguen siendo cada vez más pobres, más marginados.
La Unidad que soñó Bolívar, esa Unidad que soñó Martí, es la misma Unidad que soñó Sandino y, es la Unidad que ha venido levantando, con gran arrojo, con mucha fe en Dios y en los pueblos, nuestro hermano Hugo Chávez, desde Venezuela. Anda clamando, así como clamaba Darío... ¡yo quiero paz, paz, paz! nuestro hermano Hugo Chávez, con Evo, con Fidel, están clamando ¡unidad, unidad, unidad! Y aquí, también los sandinistas decimos: ¡unidad, unidad, unidad! hermanos latinoamericanos.
Nos vamos a incorporar al ALBA... ¡al alba de oro! Como decía Rubén Darío. ¿Y qué es el Alba? Esa unidad de los pueblos es lo único que puede sacar de la pobreza a toda América Latina, porque podemos unirnos todos aquí en Centroamérica; pero tenemos que comerciar con otros países y, si no se establece un comercio justo, entonces un día, va a estar bien un país, un sector; otro día va a estar mal y va a ir a la quiebra.
Necesitamos la unidad para lograr que nuestros pueblos potencien toda su riqueza, todos sus recursos naturales; necesitamos la unidad latinoamericana y caribeña para que juntos, seamos más fuertes. Los europeos se unieron a pesar de que tienen diferentes idiomas; a pesar que libraron guerras colonialistas, que los llevaban a enfrentarse entre ellos mismos, por dominar extensas zonas de nuestro planeta. ¡Las guerras entre los europeos eran terribles! Entre franceses, alemanes, británicos, españoles, italianos... toda Europa vivía en guerra. Con diferentes culturas, diferentes lenguas y, se han visto obligados a unirse.
¿Qué son los Estados Unidos, si no una Confederación de Estados? Estados Unidos, si no estuviese unido, no tendría la fortaleza que tiene. Por lo tanto, unidos los latinoamericanos ¡vamos a ser mucho más potentes, más fuertes! Y tendremos entonces, la capacidad, como decía Su Eminencia el Cardenal Obando hoy, en el Traspaso de Mando... de poner en práctica ¡la solidaridad! Porque sin solidaridad no hay justicia, no hay futuro, no hay amor.
En esta noche llena de alegría, de esperanzas, de futuro, ¿qué les puedo decir, hermanos? Les decía que esta Banda es de todos; esta Banda ya está multiplicada en el pecho y el corazón de todos los nicaragüenses. La banda no se queda en el pecho de Daniel, sino que se queda en el pecho de Juan, de María, de Luis, de Pedro... ¡de todos los nicaragüenses! Allí está la Banda Presidencial... ¡el pueblo es el Presidente!
El pueblo es el que tiene que ejercer el poder y, nosotros, al tener estos cargos... y se piensa... ¡se puede enfermar el que ocupa un alto cargo! De repente se siente que está arriba y que está en las nubes y se olvida del que lo llevó al cargo; se olvida que, si está en ese cargo como funcionario público, es gracias al pueblo, a los ciudadanos, a los nicaragüenses... entonces, el que esté pensando en montarse en alguna nube, que vaya cantando ya... “¡me caí de la nube en que andaba!”
Aquí no habrán funcionarios volando en las nubes... ¡tenemos que seguir gobernando desde abajo! Con el pueblo, con los campesinos, con los trabajadores, con las mujeres. Hemos hecho un esfuerzo extraordinario y lo seguiremos haciendo para lograr que, en todo el aparato de Gobierno, Ministros, Viceministros, Directores y todos los altos cargos, lo mismo que en el Cuerpo Diplomático, tenemos que cumplir la meta, 50% mujeres, 50% varones.
No voy a repetir todo lo que es nuestro programa de Gobierno, que ustedes lo conocen perfectamente bien. Ahora, el reto es poner en práctica ese Programa de Gobierno... ¡es una batalla titánica! No es una batalla de un día, ¡ustedes lo saben perfectamente bien!
Lo importante es que esta batalla, el pueblo unido saldrá adelante; la nación entera unida, saldrá adelante. Con esa voluntad que hemos encontrado en todos los grupos económicos, en todos los sectores sociales, en todas las fuerzas políticas, con ese espíritu de unidad... Nicaragua saldrá adelante.
En esta noche, tenemos con nosotros al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, que nos ha dirigido sus palabras, llenas de amor para el pueblo nicaragüense; al Presidente de Bolivia, nuestro querido hermano Evo Morales y, al Representante de nuestro hermano Fidel, un hermano de Fidel, de la dirigencia de la Revolución Cubana, el hermano José Ramón Machado, el Vicepresidente, delegado de Fidel. ¿Qué les podés decir a esta gente, de parte de Fidel, Machado?
¡Gracias Fidel! ¿Cómo podemos nosotros alegrar a Fidel? Siendo firmes, siendo inclaudicables, siendo luchadores. Eso es lo que alegra a Fidel, que lo tuvimos en varias ocasiones en Nicaragua; Fidel, que tanta solidaridad ha dado a los pueblos del mundo y, en particular, al pueblo nicaragüense.
Fidel, esa heroica Revolución Cubana que en los momentos más difíciles ha sido solidaria con el pueblo nicaragüense; donde, hoy tenemos, en Cuba, más de mil estudiantes de medicina, estudiando gratuitamente, becados por el noble corazón de nuestro hermano Fidel y el pueblo cubano.
Les decía, hermanos, que así como tenemos diferentes acuerdos, Tratados; está el Tratado con los Estados Unidos, el CAFTA, que se aprobó hace unos cuantos meses y nosotros decíamos, con toda claridad, que ese Tratado no contemplaba, no consideraba, lo que es la condición de un país como Estados Unidos, que tiene grandes y enormes recursos y que subsidia su economía, con las economías de nuestros países y, por lo tanto, había que saberlo negociar.
Pero, al final se firmó un Tratado que trae algunos beneficios a algunos sectores, pero que no trae beneficios a otros. He conversado con los Representantes norteamericanos y les he dicho que el problema, es que no consideran la asimetría con las economías de estos países.
Y luego, están con el problema de los inmigrantes... ¿porqué tanta gente va a los Estados Unidos? ¡Porque no tienen trabajo en sus países! Si Estados Unidos hiciera una política diferente hacia América Latina; si reconociera esas asimetrías... es decir, estas son economías a las que hay que inyectarles muchos recursos para que puedan ser competitivas, como ellos mismos dicen.
Pero ¿cómo va a poder competir un pequeño productor nicaragüense con un productor norteamericano que es subsidiado? ¡Imposible! Yo les he dicho a ellos, la única manera de detener la emigración a los Estados Unidos, es que ellos hagan una política económica hacia América Latina, verdaderamente justa, correspondiente con esas asimetrías.
Seguiremos luchando porque mejoren las condiciones, pero tenemos nuestra propia propuesta, nuestro propio planteamiento de unidad latinoamericana, que es el ALBA. ¡Y vamos a unirnos al ALBA! Pero, yo quiero pedirles a ustedes, porque aquí el Presidente no puede estar tomando decisiones inconsultas... quiero pedirles a ustedes... ¿Quiénes están de acuerdo con que nos suscribamos al ALBA con Venezuela, con Bolivia, con Cuba? ¡A ver, levantando esas manos; levantando esas banderas!
Nos vamos a suscribir al ALBA... ¿nos suscribimos o no? ¡Hablemos claro! ¿Nos suscribimos al ALBA? ¡Sí! Entonces, mañana, cumpliendo la voluntad popular, nos vamos a adherir al ALBA, porque se queda nuestro hermano Presidente, Hugo Chávez, y Evo también se queda mañana, así como nuestro hermano Machado.
Se quedan Cuba, Venezuela, Bolivia... y es que el ALBA y la solidaridad caminan rápidamente, no hay que estar esperando a negociar con los organismos; porque fíjense que llegué a Venezuela, hablé con el Presidente Chávez, le dije del problema energético e ¡inmediatamente1 ordenaron que unas plantas eléctricas nuevas que iban para Venezuela y se encontraban en Cuba, de tránsito... se enviaran a Nicaragua.
Y las plantas, ya están llegando a Nicaragua; incluso, algunas de ellas ya están instaladas y, dentro de pocas semanas, ¡van a empezar a generar! Igualmente, los hermanos cubanos... ¿qué me dijo Fidel? Yo les he recordado a ustedes lo que me dijo cuando ellos estaban empezando con este método de alfabetización “Yo sí puedo” y me preguntó... “Daniel, cómo está el analfabetismo en Nicaragua?” Ha crecido una barbaridad, le dije, ahora estamos en 35%.
Y entonces me expresa Fidel: “tienen a la disposición este método, que se llama Yo sí puedo; pero, además, les vamos a donar los televisores, las casseteras, todo el material y el costo del transporte para que se vaya alfabetizando el pueblo nicaragüense, aunque ustedes no estén en el Gobierno.” Y lo hicimos con las Alcaldías... ¡eso es solidaridad! Como decía el Cardenal, ¡eso es ser cristiano!
Entonces... ¡a trabajar, hermanos! Hoy más que nunca tenemos que trabajar; hoy, más que nunca, tenemos que luchar contra la corrupción; porque aquí, no es cuestión de que porque ahora, agarré un cargo, es para volverme rico ¡no! Aquí, ya dijimos que vamos a reducir los megasalarios... ese es un compromiso que tenemos; y, a tomar medidas de austeridad.
Y vamos a despachar donde está el pueblo, en los barrios, en el campo; en las diferentes ciudades y municipios. Por eso no queremos ese famoso Despacho Presidencial ¡no hace falta Presidencia! La Presidencia está donde está el pueblo, donde están los campesinos... donde está la choza de un campesino ¡ahí está la Presidencia! Donde está el hogar de una familia pobre en los asentamientos ¡ahí está la Presidencia! Y allí, debe estar el gobernante y, allí deben estar los Ministros, resolviendo los problemas con el pueblo.
Hermanos y hermanas nicaragüenses; juventud ¡divino tesoro! Como decía Rubén Darío... ¿dónde está esa juventud? ¿Dónde están esas mujeres, esos hombres, ese pueblo? ¿Dónde está ese pueblo que no se vende, que no se rinde? ¿Dónde está el pueblo de Sandino, de Darío, de Andrés Castro, de Carlos Fonseca? ¿Dónde está el pueblo de Nicaragua?
Hermanos, hermanas, niños, niñas de Nicaragua, ¡que nunca faltan los niños y niñas en brazos de sus padres, de sus madres! Y anduvieron en toda la campaña. Lisiados de guerra... ¡no podemos olvidarnos de ellos! Tanto de los hermanos sandinistas que quedaron lisiados de guerra, como de los hermanos de la Contra, que también quedaron lisiados de guerra y que, han entendido que tenemos que unirnos para que los campesinos tengan tierra y puedan producirla en paz, y puedan prosperar.
Igualmente, a nuestros hermanos de la Costa del Caribe, nuestros hermanos miskitos, sumos, mayagmas, ramaquíes, garífonas, afrodescendientes; a todas esas comunidades del Caribe de Nicaragua, de la Costa Atlántica, de las Regiones Autónomas Atlántico Norte y Sur; a todos los hermanos de las comunidades que están sobre el Río Wanki, sobre el Río Coco; a los hermanos que están en Bilwi, Waspán, que nos están viendo y escuchando en estos momentos. A todos nuestros hermanos de Bluefields, Corn Island, Laguna de Perlas... para todos ellos, nuestro compromiso de hacer realidad la Autonomía para los pueblos originarios, indígenas, de la Costa del Caribe de Nicaragua.
En esta noche... ¿cómo no recordar y rendir homenaje a nuestros Héroes y Mártires? Ellos están aquí presentes, en el corazón del pueblo; ellos están aquí, también, dándonos fortaleza, más ánimo, para continuar estas luchas; para continuar estas batallas.
Y ¿cómo no rendirle homenaje, en esta noche, a esas queridas y sufridas madres de héroes y mártires? Madrecitas, a las que les han venido arrebatando las pensiones miserables que recibían; madrecitas que viven en la pobreza y la miseria; madrecitas que perdieron a un hijo, una hija en la lucha contra la dictadura de Somoza y luego, en la defensa de la Revolución.
Madrecitas también que perdieron hijos con la contrarrevolución... para todas ellas, para todas esas madres, nuestro amor y nuestro compromiso de hacer justicia con las madres, para que vivan el resto de sus días, de manera digna, que realmente nos permita decirle a sus hijos... “Hermanos, no les hemos fallado, no les fallaremos; no nos hemos olvidado de su ejemplo; de ustedes, que lo dieron todo ¡sin pedir a cambio nada!”
Dieron la vida, sin pedir a cambio nada... ¿Qué más puede ofrecer un ser humano a favor de sus semejantes, tal y como Cristo ofreció su vida para que reinara la justicia, el amor entre los hombres, las mujeres, entre los pueblos? Ese es el reino que Cristo quiere para este mundo.
No es el reino de las guerras; no es el reino de las ocupaciones; no es el reino de las acciones militares preventivas; no es el reino de los cautiverios; no es el reino del empobrecimiento de los pueblos del mundo; no es el reino de la destrucción de la naturaleza... lo que Cristo quiere es el Reino del Amor, de la Solidaridad.
Y, en ese reino, estamos comprometidos a trabajar todos los nicaragüenses, todos los latino-americanos y todos los que en este Planeta tenemos conciencia y compromiso de Humanidad.