martes, enero 30, 2007

Los crímenes judiciales

JAVIER VALLE RIESTRA

La historia del patíbulo en el Perú es siniestra. Atahualpa fue condenado (1533) en un juicio castrense por hereje, polígamo, bastardo y usurpador, a la pena del garrote. Pizarro intentó consultar a la soldadesca para remitirlo a España. Pero trescientos cincuenta votaron en contra y cincuenta a favor. ¡Allí están los plebiscitos! Hay que releer los Anales de la Inquisición para apreciar las grandes canalladas que en nombre de la fe llevaron a la hoguera a decenas de personas por el solo delito de pensar heterodoxamente. En la República tenemos el envío al paredón del vizconde de San Donás (1826), ordenado por Bolívar, imputándole judicialmente una traición que no había cometido. Y el fusilamiento de mi tío bisabuelo Francisco Valle-Riestra (1835) por obra y gracia de un arranque histérico de Salaverry. Pero sobre todo, no olvidemos a los miles de mártires apristas ejecutados en Chan-Chan (1932) por creer en un mundo nuevo.

II
Salgamos del escenario peruano y relatemos el caso de Sacco y Vanzetti sentenciados en 1927, sin prueba alguna, en el estado de Massachusetts.
El 15 de abril de 1920, dos pagadores de una fábrica llevaban consigo unos quince mil dólares, pero antes de llegar a la puerta de la factoría fueron atacados y asesinados a tiros. Sin ningún elemento indiciario fueron sindicados como autores dos inmigrantes italianos, anarquistas y morenos. Se les mandó a la silla eléctrica luego de siete años de estériles discusiones curialescas.
Anatole France dirigió un escrito al gobernador Fuller, en el que decía: Yo se lo aconsejo: guárdese usted de crear mártires. Este crimen imperdonable nunca será borrado y pesará sobre los hombres de generaciones futuras.
Pero más importante fueron las propias palabras de Vanzetti en vísperas de su calvario: "...hubiera muerto inadvertido, desconocido; un fracasado. Ahora ya no somos unos fracasados. Esta es nuestra gran oportunidad y nuestro gran triunfo... Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros padecimientos, no son nada. Nuestra muerte –la muerte de un honrado obrero zapatero y la de un pobre vendedor de pescado– lo es todo. El último momento nos pertenece, esta agonía es nuestro triunfo".

Sacco al sentarse en la silla eléctrica gritó heroicamente "¡Viva la anarquía!". Cincuenta años después, el gobernador de ese estado, Dukakis, los rehabilitó mediante una proclama firmada el 19 de julio de 1977, que hablaba de lavar "el estigma y el oprobio" de sus nombres, agregando que "su juicio y la ejecución deben servir para recordar a todas las personas civilizadas la necesidad de evitar que nuestra susceptibilidad pueda perjudicar, por intolerancia e ideas poco ortodoxas, y nuestro fracaso en defender los derechos de personas que son vistas como extraños en nuestro medio.. .". También proclamó el 23 de agosto de 1977 como "Día del Recuerdo de Sacco y Vanzetti".

DIARIO: "CORREO" -28/1/07

lunes, enero 29, 2007

MANIFIESTO AL PUEBLO DE NICARAGUA SOBRE LAS ELECCIONES
(6 de octubre de 1927)
Cesar Sandino
Obligado por el gran número de cartas que me dirigen mis correligionarios y compatriotas, preguntándome cuál es mi opinión en el asunto eleccionario relativo al próximo período presidencial bajo la ignominiosa administració n del traidor Adolfo Díaz y fiscalizada con todo cinismo por el que se hace llamar representante de un Gobierno extraño, debería callar para no dar lugar a los políticos de oficio a que tergiversaran mis ideas en el sentido que más les acomode. Los nexos de amistad para con los amigos y mi fraternidad para los humildes obreros, cristalizada en el gran amor a mi patria, me obligan a dar mi opinión en el asunto mencionado.

El Ejército Defensor de la Soberanía de Nicaragua no tiene compromisos con nadie. No apoya ni defiende caudillos. Su lema está ajustado al más sagrado principio de la lealtad y honor; y, en sentido político, sólo reconoce la legalidad de la elección recaída en el doctor Juan B. Sacasa, emanada de la soberana voluntad del pueblo. No claudica por convencionalismos, ni acepta imposición extraña, porque sus actos están definidos con sus hechos. Si el presidente constitucional de mi Patria fue arrojado de nuestro suelo por la fuerza imperialista de los yankees, y villanamente traicionado por su principal jefe militar a quien confió el mando de su ejército, el puñado de valientes que defiende a expensas de su sangre la legalidad de su elección aún conserva en una mano el símbolo de la patria y en la otra el rifle que defiende y defenderá los derechos de la Nación tantas veces escarnecidos y humillados.

La gloria miserable que los invasores de mi Patria quieren añadir a su bandera por los asesinatos de mis compatriotas erizan las plumas de la gallina que ostenta su escudo como emblema.

La orientación política de mi patria debe alejarse de todo caudillismo, pues la experiencia dolorosa nos obliga a buscar otro sendero. El pueblo que siempre ha sido la víctima de la desenfrenada ambición de los caudillos, debe meditar con reposo y sin ninguna imposición en todo lo que se refiere al candidato que sabrá mantener, antes que todo, el decoro de la República y que, a la vez, sepa interpretar las necesidades del pueblo, pues hay que reflexionar que en todo gobernante que surja impuesto por un poder extraño sólo representará y defenderá los intereses ajenos y nunca los colectivos de la Patria. El gobernante que sienta verdadero amor por su país debe despreciar con altivez toda propuesta humillante que afecte la soberanía de la nación.

El progreso y la civilización no deben estar estancados: pero no los deseamos en la forma de conquista. Y es por eso que el pueblo debe meditar al elegir nuestro gobernante, pues si desgraciadamente elige un caudillo el mismo pueblo crea la dictadura, la cual para sostenerse tendrá que mantener al país en estado de esclavitud y miseria. El idealismo de los defensores de la integridad nacional de Nicaragua seguirá manteniendo el decoro de la nación; y, a la vez, el principio de constitucionalidad del doctor Juan B. Sacasa, a menos que éste decline, en forma legal ante el pueblo, su alta jerarquía de Presidente Constitucional; y, por lo mismo, sugiero al pueblo liberal la idea de que, antes de aceptar la candidatura del General José María Moncada, debe reflexionar con serenidad, que con este hecho quebrantaría el principio de constitucionalidad que defendió con su propia sangre.

Ahora bien, a base de qué es esta elección? Por imposición o por voluntad popular? ¿O a condición de qué? ¿Por llevar a la Presidencia al caudillo que pactó secretamente con los invasores? Pues bien, hablo con el corazón: si la elección presidencial se efectúa por imposición de los asesinos invasores de mi patria, sin desocupar el territorio nacional, seguiré luchando hasta diezmarlos y arrojarlos por la fuerza. Dios coronará nuestro esfuerzo. Si es por voluntad popular, debe efectuarse en el sentido de que del seno de la legítima convención liberal se lance el candidato civil que regirá los destinos del país. En tal virtud, si en esta forma se constituye nuestro gobierno, le ayudaremos a consolidar nuestra independencia de gobierno y soberanía; y es por imposición debemos repudiarla con nuestra protesta armada hasta realizar nuestro ardiente deseo de independizarnos del imperialismo yankee.

Si el General Moncada es verdadero patriota, debe declinar la aspiración que manifiesta por llegar a la Presidencia en la forma en que llegaron los que han mancillado el decoro nacional. La Patria , en estos momentos de angustia, no necesita caudillos. Yo lo exhorto como legítimo nicaragüense y como hombre digno, a que refrene tal ambición si es que realmente quiere restañar en algo las heridas de la Patria.

El Ejército Defensor de la Soberanía de Nicaragua verá con agrado que del seno de la convención liberal surjan los nombres de los civiles Sofonías Salvatierra y Escolástico Lara, personas de elevado intelecto y capacidad para regir los destinos de la nación. Quienes no han manchado sus manos con sangre fraterna.

El pueblo es soberano y debe respetársele su derecho de elegir sus gobernantes; y por esto luchará sin descanso hasta hacer efectivo ese derecho, hoy pisoteado por los conquistadores. No importa que Moncada dijera que la vida se acaba y la Patria queda. Yo opino lo contrario: la vida se ofrenda por la libertad de la Patria. Al mismo tiempo insinúo esta idea a los que se hacen llamar liberales y están derrochando el dinero a manos llenas en propaganda para infatuar a los que mañana harán más sensible el dolor de la Patria. Por vuestra misma exigencia para compensar los fuertes gastos que habéis hecho en banquetes y champaña, debéis tener presente que el inmenso número de vidas, huérfanos y mutilados por la guerra merece más atención y más filantropía de vuestros corazones. Los caudillos no necesitan champaña, es patriotismo el que debéis inyectarles.

Para terminar debo manifestarle al pueblo: que si las circunstancias de la guerra nacional ocasionan la pérdida de vidas y por este hecho se adoptan disposiciones drásticas para hacer respetar el derecho legítimo de la revolución no es porque seamos partidarios de la pena de muerte, pues odiamos de corazón tal procedimiento, jurando combatir la pena capital una vez que sea constituido el gobierno que encarne nuestra idealidad.

Pueblo hermano: habéis exigido que externe y os dé mi opinión. Esta es. Desgraciadamente Nicaragua ve ampliarse el número de los traidores. Hoy agrega un hombre y un número más. ¿Quién es el que vendió la justicia del pueblo y está ambicionando que los invasores y asesinos de nuestra patria lo coloquen en la presidencia? ¿Quién? José María Moncada.

PATRIA Y LIBERTAD

A. C. Sandino El Chipote,

6 de octubre de 1927.

http://www.sandino. info/sobrelasele cciones.html

A la derecha, ¡marchen!
César Hildebrandt

"La dictadura de Velasco", escriben a cada rato los flamantes albaceas del pensamiento correcto. El problema no fue la dictadura de Velasco sino su orientación, que fue de centro-izquierda, cepalista y ajena al libreto norteamericano. Fue, en realidad, una receta heterodoxa para evitar la explosión social y arrebatarle banderas al izquierdismo de vocación castrista. Esto ya no lo recuerdan ni Abelardo Oquendo ni Hugo Neira ni tantos otros que creyeron –y creímos, a mucha honra– en ese reformismo militar que la oligarquía y sus guardianes odiarán para siempre. ¿Por qué se callan hoy quienes se jugaron por los cambios en el septenio velasquista? ¿Se avergüenzan? Allá ellos. Que se avergüencen otros. Que se avergüencen los que escriben para los sinvergüenzas que hoy les pagan. Velasco quiso evitar un baño de sangre y terminó en el fracaso.

Pero, como veremos, no fue el único en la historia del Perú que se estrelló contra el muro invencible del conservadurismo, contra la quincha inmortal del "Orden, Dios y Progreso".

Si la derecha se preocupara por las dictaduras no habría aplaudido, con las manos a veces ensangrentadas, todas las otras dictaduras republicanas (repito: todas).

Porque para la derecha esas dictaduras sí que fueron buenas, rebuenas, buenazas. Y el concepto de democracia fue para ella siempre amenazante.

Para comenzar, Bernardo de Monteagudo, uno de los fundadores del conservadurismo ilustrado en el Perú, aspiraba no a una república sino a una monarquía. Al comentar tal simpatía, Carlos Miró Quesada Laos, director de El Comercio y admirador del fascismo europeo, escribió en Autopsia de los partidos políticos: "El capitán de los Andes (se refiere al libertador San Martín, uno de cuyos consejeros era De Monteagudo, nota del columnista) creyó que América, y especialmente el Perú –y no se equivocó– no estaba maduro para la República"(1) .

La derecha peruana jamás creyó en la voluntad popular sino en su instrumentació n.

Los caudillos militares que gobernaron durante la llamada anarquía posvirreinal lo hicieron bajo términos dictatoriales y sosteniendo un régimen oligárquico heredado de las consolidaciones –deudas muchas veces inventadas que la República tuvo que pagar a título de indemnizaciones– y del negocio del guano, que no aportó nada al país y sí mucho al bolsillo de los de siempre (los Osma, los Goyeneche y Gamio, los Canevaro y, por supuesto, las casas prestamistas Gibbs y Dreyfuss).

Es decir, la república fue una posta entre clones. La derecha virreinal se llamó republicana y eso fue todo. Gobernaron los de siempre y el pintoresquismo militar amenizó las marquesinas cambiando a los actores pero no el libreto. La derecha nunca quiso un país sino una jerarquía catatónica que le permitiese vivir, en París o Londres, de la especulación del suelo, el latifundio, el guano, el salitre, el caucho, la harina de pescado y, de vez en cuando, el contrabando y los estupefacientes.

Esas dictaduras serviciales sí que fueron buenas, rebuenas, suculentas. Tenían hasta el aval tácito de la iglesia, aliada del caudillismo en la protección del orden social desde que don Bartolomé Herrera, sotana al viento, se convirtiese en el padre del autoritarismo reaccionario y el diario La Sociedad en su más fétido vocero.

Cuando el cleptócrata Rufino Echenique estaba en guerra con Castilla, "liberó" a los negros que se sumasen a su ejército. Castilla lo derrotó y abolió la esclavitud el 3 de diciembre de 1854. ¿Y saben ustedes qué cosas se escribieron en los diarios de Lima cuando Castilla dio ese famoso paso democrático? Felipe Barriga, que firmaba como Timoleón y representaba el "sentido común" oligárquico, publicó esto en un diario de la capital: "Veinte mil esclavos fuera de sus galpones representan una amenaza que sería necesario exterminar para evitar el espantoso sacudimiento que representa la abolición de la esclavitud…"( 2). En El Heraldo, también de Lima, se llamó a la manumisión decretada por Castilla "haberle otorgado la ciudadanía a la aristocracia de la canalla"(3). Y muchos años más tarde, en 1897, Clemente Palma, el crítico literario que despreció a Vallejo y que era el favorito de nuestra derecha más o menos leída, escribió: "Esa vida puramente animal del negro ha anonadado completamente su actividad mental –si es que alguna vez la tuvo– haciéndolo inepto para la vida civilizada"( 4) . Es increíble que estas líneas salieran del hijo de un mulato.

Así pensaban los tatarabuelos de quienes hoy continúan al frente del país. Así sienten muchos de sus tataranietos. Por eso es que ven en cada reformista un Castilla que puede trastornar sus planes sureños. Es como si al Perú le faltase una guerra de secesión, una revolución francesa. Ni de Sendero ni de toda su maldad ha aprendido algo la derecha peruana.

Cuando en 1871 Manuel Pardo fundó, bajo el nombre de Sociedad Independencia Electoral, el Partido Civil e intentó renovar la política con algunas ideas serias y rostros distintos, ¿cuál fue la reacción de la vieja derecha goda del Perú, la que hoy sigue gobernando después de reciclarse mil veces?

Pues acusar a Pardo de masón y hereje. ¿Y después? Pues aplaudir cuando el gobierno de Balta persiguió a los periodistas y cerró la imprenta de El Nacional, el diario del pardismo. Y aplaudir más cuando vino la clausura de El Nacional y de El Comercio, los dos diarios más importantes de la época. ¿Su pecado? No consentir los sucios enjuagues del gobierno del coronel Balta para desconocer el triunfo electoral del 15 de octubre de 1872 de Manuel Pardo. ¿Y qué quería Pardo?

Institucionalizar el país: impedir, en suma, que los uniformados siguieran haciendo de payasos al servicio del dinero, impedir que la montonera, en vez de la democracia, fuera la partera de nuestra historia.

Después, el anecdotario ya es conocido. A Pardo no le permitieron cumplir nada de su programa, entre las canalladas de Piérola y la oposición feroz de lo más ciego de la oligarquía aliada, como siempre, al militarismo reaccionario. Terminaría su gobierno sin cambiar el estilo de hacer política (y dinero), sería sucedido por su amigo Mariano Ignacio Prado, sería exiliado por éste, regresaría del exilio en 1878 y terminaría su vida asesinado por el sargento Melchor Montoya, guardia de honor a las puertas del Congreso y admirador de Piérola, a los 44 años de su edad. Tres veces antes habían atentado contra su vida, una de ellas cuando caminaba rumbo a palacio de gobierno.

La historia más reciente creo que la compartimos todos. La república ha construido con ahínco eso que Basadre llamó las dos grandes taras del Perú: el Estado empírico y el abismo social. La derecha se ha valido de todas las armas, incluidos los máuseres siempre a su servicio, para ganar las elecciones y gobernar, o para gobernar sin ganar las elecciones, o para suprimir las elecciones, o para desconocer las elecciones, o para lanzar golpes de Estado preventivos. Decir desde la derecha que la democracia es un bien a conservar es como oirle a un piojo decir que el parasitismo debería suprimirse. Y eso no quiere decir que la democracia no sea un bien a conservar. Lo que decimos es que la derecha no tiene autoridad moral alguna para hablar de democracia. ¿O no vimos a su más eminente miembro financiero, don Dionisio Romero, pidiéndole favores a Montesinos? ¿O no vimos a Delgado Parker, hoy homenajeado por el tragaldabas Hugo Neira, vendiéndose al peso en la salita del SIN?

(1) Autopsia de los partidos políticos. Ediciones Páginas Peruanas, 1961.
(2) Breve historia de la esclavitud en el Perú. Carlos Aguirre. Fondo Editorial del Congreso.
(3) Ibid.
(4) Ibid.
DIARIO: "LA PRIMERA" -26/1/07

viernes, enero 26, 2007

Viraje a la Derecha

Hasta dónde puede llegar el golpe de timón del Presidente.

Viraje a la Derecha

Una pregunta subterránea recorre el aprismo estos días: ¿cuánto más a la derecha se irá Alan? Tanto viejos militantes como jóvenes llegados este milenio comparten la inquietud por el viraje acelerado que parece no detenerse en el corto plazo.

El asunto va en serio porque en esta oportunidad la “desviación de derecha” se hace desde el gobierno y con un Presidente que impone la agenda política, pero dentro de parámetros que no fueron los definidos por él mismo desde su vuelta al país en el 2001 hasta la elección del 2006. Más grave aún, ocurre sin que exista una izquierda organizada que abra la posibilidad de desplazarse al centro para neutralizar el corsé derechista.

En realidad, García había mantenido consistentemente una posición antineoliberal en ciertos temas como tarifas de servicios, marco constitucional o derechos laborales y, a diferencia de varios de sus compañeros, no se había incorporado a los espacios fujimoristas y neoliberales de oposición a Toledo. Por el contrario, invitó a la plana docente del Instituto de Gobernabilidad que presidía a varios académicos de izquierda que luego se sumaron a la candidatura de Ollanta Humala.

En su libro Modernidad y Política en el siglo XXI. Globalización con Justicia Social, publicado el 2003, García critica al neoliberalismo, llama dictadura al período fujimorista y celebra lo que consideraba la “globalización jurídica” a través de la constitución del Tribunal Penal Internacional, “un paso esencial”, y añade que: “La justicia social y los derechos que los países avanzados han logrado deben globalizarse, alcanzando las zonas deprimidas y los países periféricos. Esta es una lucha a librar en todos los foros y circunstancias” (p. 54).

Pasando a la acción, Alan García propuso, además, la creación de un Frente Social definido en su primer punto como “un espacio de diálogo entre el aprismo organizado y las instituciones nacionales, regionales y populares de la Sociedad Civil”, y buscó un acercamiento con parte de la izquierda (o lo que quedaba de ella), visitando a Alberto Moreno, líder de Patria Roja, defendiendo al SUTEP o invitándolos a mítines por el Día de la Fraternidad.

El punto culminante de ese avance hacia la izquierda fue el apoyo decidido al Paro nacional del 14 de julio de 2004, para el que se llegó a relanzar La Tribuna en su X etapa de publicación con un titular inequívoco: “Todos con el paro. ¡Llegó la hora del pueblo!”. Como en los viejos tiempos, los militantes apristas se movilizaron en piquetes, quemaron llantas y marcharon tras su líder quien, en gesto a lo Fernando Belaunde, recorrió Alfonso Ugarte enarbolando la bandera peruana. Todo ello, además, al mismo tiempo que la izquierda se concentraba en la Plaza Dos de Mayo.

El paro no fue un éxito y la gran víctima no fue el agónico Toledo sino Alan García, quien fue zarandeado a discreción en los medios por golpear en el trasero a Jesús Lora, un inoportuno manifestante que le cerró el paso mientras marchaba. La plataforma del paro desapareció de los titulares tras los comentarios sobre el exabrupto de García (con psicoanálisis incluido).

Para la lista de acusaciones que ha recibido García, lo del golpe a Lora era bien menor pero muy revelador en otro sentido: el espacio y tiempo del Perú de estos años no permitía fácil la política de izquierdas como en casi toda Sudamérica. Muy difícil pelearse con los medios, en su mayoría alineados tras el modelo económico vigente, y casi imposible lanzar un frente social sin organizaciones sólidas.


Fuente: Caretas Edicion 1960


La Pena de Muerte

El presidente y sus penosos amigos quieren llevar a la calle el debate de la pena de muerte y la Corte Interamericana. La gracia puede salir muy cara.

El Nuevo Compañero

El debate alrededor de la pena de muerte ha dado paso a una conjura para lograr el desmantelamiento del sistema de Derechos Humanos en el país. Las voces más reaccionarias, ahora amigas del gobierno, exigen el retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y encuentran eco en los corifeos de una prensa derechista exacerbada. A ello se le suma el torpe inicio de una investigación en el Congreso contra el ex presidente Alejandro Toledo, nada menos que por reconocer la responsabilidad del Estado en una masacre de 1992 que compromete seriamente a Alberto Fujimori.

La mejor respuesta a la situación desencadenada por el presidente Alan García la tiene el candidato Alan García:

“Ante la decepción de la población con la democracia, hay un sector de la sociedad desesperado y deprimido que se encolumna con (Ollanta) Humala por el mensaje elemental que representa, con su discurso dictatorial, como las amenazas de fusilamientos y cortar cabezas a los corruptos. Eso tiene también un atractivo, y el peligro está en que la oportunidad que el contexto económico mundial brinda al Perú se vea afectada por una política elemental y simplista de confrontación”.

Así declaró al diario argentino Clarín en entrevista publicada el 5 de abril de 2006.

Nueve meses más tarde el mandatario desafía el equilibrio entre aquella supuesta rabia popular y la imagen que su gobierno proyecta hacia el exterior.

El viernes 19 llegó a puertas de Palacio, con la Plaza de Armas cerrada, una manifestación a favor de la pena de muerte. Se trató de una movilización organizada por la maquinaria aprista que parecía vuelta a aceitar luego de la campaña del año pasado. Organizaban la marcha el viceministro de Promoción del Empleo y la Micro y Mediana Empresa, Javier Barreda, y el conocido Carlos Arana. Podrá haber salido de la órbita de Agustín Mantilla (CARETAS 1778) pero goza de una capacidad indiscutible, y apreciada por el Presidente, para mover a las masas.


Consecuencias de las Piruetas Neofascistas


Los Niños del Fusil
En el camino desde Palacio, el debate sobre la pena de muerte creció hasta convertirse en una hidra que tiene como cabezas a los propósitos más reaccionarios.

Primero se pasó a escuchar las voces que piden el retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El asunto desembocó en la torpe decisión parlamentaria, patrocinada por Javier Velásquez Quesquén, de investigar al ex presidente Alejandro Toledo por “allanarse” al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (ver más en Mar de Fondo).

En el camino AGP consiguió entusiastas compañeros de viaje.

El ministro Rafael Rey reconoció el martes 23 que intentaría “convencer al gobierno” de retirarse parcialmente de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Para el efecto, el congresista y copartidario de Rey, Wilder Ruiz, reavivó un proyecto de ley originario de 2003. El objetivo de Rey, como lo declaró a RPP y a Rosa María Palacios, es “no pertenecer a la instancia internacional en temas de terrorismo”.

Ha sido probado hasta la saciedad que es imposible aquella fantasía de retiro parcial. Cuando el gobierno de Alberto Fujimori lo intentó en 1999 se recordó que las reservas solo son admitidas al momento de firmar los tratados internacionales. El Estado peruano se sometió a la competencia de la Corte, sin reserva alguna, en enero de 1981.

La única posibilidad admitida por la Convención de Viena, ha recalcado Diego García Sayán, sería que la propia Corte Interamericana contemplara en sus estatutos el mentado retiro parcial de su jurisdicción. Tampoco es así.

Rey era congresista entonces y debe saber que su propuesta solo puede desembocar en el retiro total de la CIDH.

Además, si la pena de muerte se aprueba en cualquiera de sus formas el Perú se vería obligado a denunciar la Convención Interamericana de Derechos Humanos, de donde se origina la Corte, y quedaría a la par de Trinidad y Tobago. Es el único país del hemisferio que ha tomado una decisión semejante y lo hizo también por imponer la pena de muerte (CARETAS 1938).

A la tentación del retiro se han sumado las opiniones del cardenal Juan Luis Cipriani (“(en la Corte) tenían una clara ideología a favor del terrorismo”, dijo en diciembre) y el entusiasmo de congresistas como Lourdes Alcorta (Unidad Nacional) y Carlos Raffo (Alianza por el Futuro).


Los Costos de la Pena
El informado columnista Mirko Lauer atribuyó el martes 23 en La República el buen desempeño del Presidente en las encuestas a temas que, como el de la pena de muerte, “no son costosos, no chocan con los grandes intereses, no exigen desenlaces a corto plazo medibles desde la vida cotidiana. ¿Cuántos más como estos hay disponibles en la opinión pública? No muchos. Pero dándoles manija suficiente, podrán rendir el servicio que se espera de ellos”.

Si García piensa igual, se equivoca. Los costos ya van sumando.

El espectáculo de un presidente que presiona al sistema político en cuanto foro se le presenta para aprobar la pena capital ya puso los pelos de punta a los representantes de la Unión Europea.

Las gestiones hechas por la delegación de la UE en el Perú llegaron hasta el Congreso. El pasado 9 de enero el embajador de Alemania, Chistoph Muller y el jefe de la delegación de la UE, el portugués Antonio Cardoso Mota, fueron recibidos por la congresista de Unidad Nacional, Fabiola Morales. Concertaron la cita arguyendo que la presidenta del Parlamento, Mercedes Cabanillas, no aceptó recibirlos.

Fuentes de la delegación transmitieron a CARETAS el malestar por la renuencia de Cabanillas.

Durante el encuentro los embajadores le entregaron a Morales el contundente Démarche de la UE ante el gobierno sobre la pena de muerte (ver facsímil). El mismo documento llegó a manos del vicecanciller Gonzalo Gutiérrez.

En la actualidad, la Comisión Europea gestiona un paquete de unos 240 millones de euros en cooperación al desarrollo al Perú. Cabe resaltar que el deterioro de las condiciones políticas motivó la negativa a aprobar nuevos proyectos de cooperación en los años más álgidos (1999-2000).

Incrédulos parlamentarios europeos se le acercaron en los últimos días a Mercedes Aráoz, ministra de Comercio Exterior y Turismo, para saber qué diablos pasaba en el Perú. Aráoz viajó a Bruselas y Estrasburgo con miras a preparar el terreno de la negociación entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la UE en torno al acuerdo especial que incluye un Tratado de Libre Comercio. Con la CAN pendiente de un hilo, es de imaginar la impresión de república bananera ofrecida por la corriente impulsora de la pena de muerte y el retiro de una instancia fundamental como la CIDH.

Tan baratito no va a salir.


Gabinete en Encrucijada
Los escuderos presidenciales responden que la pena de muerte sí fue una promesa de campaña para García.

De hecho, la propuesta de sanción capital la evacuó en el difícil tramo final. El 7 de marzo del 2006, un mes antes de las mencionadas declaraciones a Clarín, ya ofrecía durante un mitin en La Victoria la modificación constitucional para aprobar la pena de muerte a terroristas y violadores y asesinos de niños.

Cuando recién se instaló en Palacio comenzó por la segunda variable.

En ese momento, sus ministros más cercanos le confiaban a CARETAS el seguro fracaso del proyecto de ley enviado al Congreso por el Ejecutivo. Es un vaivén de la política, decían. Y nadie podría reclamar a García por el incumplimiento de sus promesas electorales.

Pero el Presidente y la pandilla de los niños del fusil disparan graneado. A pesar de que se archivó el proyecto de pena de muerte por delito de terrorismo (CARETAS 1959), queda en la agenda parlamentaria aquél para matar a violadores y asesinos de niños y el que propone modificar el artículo 32 de la Constitución con el objeto de llevar la cuestión a referéndum.

A los sapos que seguramente ha debido tragar el canciller José Antonio García Belaunde por los malestares en su sector, se suman las gárgaras practicadas por el premier Jorge del Castillo. Es el último quien el martes pasado dio por saldado el tema y celebraba que AGP prometió no discutirlo más. Acto seguido, el presidente procedió a encabezar y azuzar el cuestionado jubileo mortuorio del viernes 19.

El jefe de gobierno insiste en dispararse al pie.


La Guerra Caviar
Parte del argumento gubernamental se basa en que muchos de esos defensores de Derechos Humanos son también antiapristas furibundos. Conforman además una suerte de elite que, a pesar de su pobre fortuna electoral, se aseguró puestos de trabajo e ingresos significativos con los últimos gobiernos.

A ello se suma la prolongación ad infinitum del caso El Frontón. La Corte Interamericana produjo dos sentencias para indemnizar a las familias de los presos muertos Neyra Alegría y Durán Ugarte. En ellas ordena que se investigue y sancione a “todos los responsables”.

La Justicia peruana presentó una relación de personas y la CIDH respondió que no era suficiente.

Si bien Alan García y el vicepresidente Luis Giampietri no son procesados, sí han declarado como testigos en varias ocasiones. Un grupo de ONG presentó en octubre pasado una demanda para que sean acusados por los confusos hechos de 1986 en los que murieron más de 120 presos. Giampietri ha reconocido sin ambages que allí reside la intensa rivalidad que profesa a dichos grupos (CARETAS 1948).

En aproximadamente dos meses comenzarán las audiencias orales del caso en la Sala Penal Nacional. De seguro, tener a los oficiales del operativo en desfile público y televisado calentará el ambiente. Pero aún así no parece probable que García ni Giampietri vean complicarse demasiado su situación.

Un caso que sí permanece en el ámbito de la CIDH es el del sindicalista Saúl Cantoral, asesinado por el comando Rodrigo Franco (ver más en Mar de Fondo). Ha trascendido que la condena será enérgica y ejemplar, pues es uno de los primeros fallos de la Corte relacionados con crímenes de paramilitares.

De nuevo, es improbable que García reciba un coletazo directo como el que le ha propinado la Corte a Alberto Fujimori en el caso La Cantuta (ver Mar de Fondo).

Aún así, esos juicios pueden ser motivo de molestia para un gobierno que parece tan pendiente de su popularidad como un hipertenso lo está de su presión.

¿Pero vale la pena hacerse de amistades tan exaltadas y avinagrar tanto el ambiente?

Lourdes Alcorta considera “increíble” el solo hecho que se cuestione la posibilidad del referéndum. “El país lo componemos 26 millones y tenemos derecho a ser consultados”, ha dicho.

Carlos Raffo hace bulto y acusa al Congreso de “arrugarse y chuparse”.

Consultada por CARETAS, la congresista Fabiola Morales advierte que la actitud presidencial al sacar el debate a la calle puede traer riesgosas consecuencias. “El país necesita imágenes de institucionalidad”, recuerda, “y el debate debe hacerse aquí, en el Congreso. Con la supuesta marcha espontánea se envía un mensaje peligroso: Me va mal allí y lo que hago es debilitar la institución”.

Llama la atención un gobierno que se vendió a sí mismo como de centro izquierda y luego se alía con plataformas que en Europa son calificadas de neofascistas (pena de muerte, socavar a las demás instituciones). El juego político obliga los giros en momentos determinados. Pero tanta vuelta recuerda la paradoja peronista, donde las palabras del candidato le mordían la cola al presidente generalísimo y el legado de las ideas se trocó por el de un partido tan pragmático como maleable. (Enrique Chávez)
CARETAS

Integracion indoamericana

"CONSTRUYAMOS CON NUESTROS PUEBLOS UNA VERDADERA COMUNIDAD SUDAMERICANA DE NACIONES PARA 'VIVIR BIEN'"


Por Evo Morales.

Hermanos Presidentes y Pueblos de Sudamérica

En diciembre del 2.004, en Cuzco, los presidentes de Sudamérica asumieron el compromiso de “desarrollar un espacio sudamericano integrado en lo político, social, económico, ambiental y de infraestructura” y afirmaron que “la integración sudamericana es y debe ser una integración de los pueblos”.

En la Declaración de Ayacucho destacaron que los principios de libertad, igualdad, solidaridad, justicia social, tolerancia, respeto al medio ambiente son los pilares fundamentales para que esta Comunidad logre un desarrollo sostenible económico y social “que tome en cuenta las urgentes necesidades de los más pobres, así como los especiales requerimientos de las economías pequeñas y vulnerables de América del Sur.”

En Septiembre del 2.005, durante la Primera Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones realizada en Brasil, se aprobó una Agenda Prioritaria que incluye, entre otros, los temas del diálogo político, las asimetrías, la integración física, el medio ambiente, la integración energética, los mecanismos financieros, la convergencia económico comercial y la promoción de la integración social y la justicia social.

En diciembre de ese mismo año, en una Reunión Extraordinaria realizada en Montevideo, se conformó la Comisión Estratégica de Reflexión sobre el Proceso de Integración Sudamericano para que elabore “propuestas destinadas a impulsar el proceso de integración sudamericano, en todos sus aspectos (político, económico, comercial social, cultural, energía e infraestructura, entre otros).”

Ahora en la II Cumbre de Jefes de Estado debemos profundizar este proceso de integración desde arriba y desde abajo. Con nuestros pueblos, con nuestros movimientos sociales, con nuestros empresarios productivos, con nuestros ministros, técnicos y representantes. Por eso, en la próxima Cumbre de Presidentes a realizarse en diciembre en Bolivia estamos también impulsando una Cumbre Social para dialogar y construir de manera mancomunada una verdadera integración con participación social de nuestros pueblos. Después de años de haber sido víctimas de las políticas del mal llamado “desarrollo” hoy nuestros pueblos deben ser los actores de las soluciones a los graves problemas de salud, educación, empleo, distribución inequitativa de los recursos, discriminación, migración, ejercicio de la democracia, preservación del medio ambiente y respeto a la diversidad cultural.

Estoy convencido que en nuestra próxima cita en Bolivia hay que pasar de las declaraciones a los hechos. Creo que debemos avanzar hacia un tratado que haga de la Comunidad Sudamericana de Naciones un verdadero bloque sudamericano a nivel político, económico, social y cultural. Estoy seguro que nuestros pueblos están más próximos que nuestras diplomacias. Creo, con todo respeto, que nosotros los presidentes debemos dar un sacudón a nuestras Cancillerías para que se desempolven de la rutina y enfrentemos este gran desafío.

Soy consciente de que las naciones en Sudamérica tienen diferentes procesos y ritmos. Por eso propongo un proceso de integración de diferentes velocidades. Que nos tracemos una hoja de ruta ambiciosa pero flexible. Que permita a todos ser parte, posibilitando que cada país vaya asumiendo los compromisos que puede asumir y permitiendo que aquellos que desean acelerar el paso lo hagan hacia la conformación de un verdadero bloque político, económico, social y cultural. Así se han desarrollado otros procesos de integración en el mundo y el camino más adecuado es avanzar en la adopción de instrumentos de supranacionalidad respetando los tiempos y la soberanía de cada país.

Nuestra integración es y debe ser una integración de y para los pueblos. El comercio, la integración energética, la infraestructura, y el financiamiento deben estar en función de resolver los más grandes problemas de la pobreza y la destrucción de la naturaleza en nuestra región. No podemos reducir la Comunidad Sudamericana a una asociación para hacer proyectos de autopistas o créditos que acaban favoreciendo esencialmente a los sectores vinculados al mercado mundial. Nuestra meta debe ser forjar una verdadera integración para “vivir bien”. Decimos “vivir bien” porque no aspiramos a vivir mejor que los otros. Nosotros no creemos en la línea del progreso y el desarrollo ilimitado a costa del otro y la naturaleza. Tenemos que complementarnos y no competir. Debemos compartir y no aprovecharnos del vecino. “Vivir bien” es pensar no sólo en términos de ingreso per-cápita sino de identidad cultural, de comunidad, de armonía entre nosotros y con nuestra madre tierra.

Para avanzar por este camino propongo:

A nivel social y cultural

1) Liberemos Sudamérica del analfabetismo, la desnutrición, el paludismo y otros flagelos de la extrema pobreza. Establezcamos metas claras y un mecanismo de seguimiento, apoyo y cumplimiento de estos objetivos que son el piso mínimo para empezar a construir una integración al servicio del ser humano.

2) Construyamos un sistema público y social sudamericano para garantizar el acceso de toda la población a los servicios de educación, salud y agua potable. Uniendo nuestros recursos, capacidades y experiencias estaremos en mejores condiciones de garantizar estos derechos humanos fundamentales.

3) Más empleo en Sudamérica y menos migración. Lo más valioso que tenemos es nuestra gente y la estamos perdiendo por falta de empleo en nuestros países. La flexibilización laboral y el achicamiento del estado no han traído más empleo como prometieron hace dos décadas. Los gobiernos tenemos que intervenir coordinadamente con políticas públicas para generar empleos sostenibles y productivos.

4) Mecanismos para disminuir la desigualdad y la inequidad social. Respetando la soberanía de todos los países tenemos que comprometernos a adoptar medidas y proyectos que reduzcan la brecha entre ricos y pobres. La riqueza tiene y debe ser distribuida de manera más equitativa en la región. Para ello debemos aplicar diversos mecanismos de tipo fiscal, regulatorio y redistributivo.

5) Lucha continental contra la corrupción y las mafias. Uno de los más grandes males que enfrentan nuestras sociedades es la corrupción y el establecimiento de mafias que van perforando el Estado y destruyendo el tejido social de nuestras comunidades. Creemos un mecanismo de transparencia a nivel sudamericano y una Comisión de lucha contra la corrupción y la impunidad que, sin vulnerar la soberanía jurisdiccional de las naciones, haga un seguimiento a casos graves de corrupción y enriquecimiento ilícito.

6) Coordinación sudamericana con participación social para derrotar al narcotráfico. Desarrollemos un sistema sudamericano con participación de nuestros Estados y nuestras sociedades civiles para apoyarnos, articular y desterrar al narcotráfico de nuestra región. La única forma de vencer a este cáncer es con la participación de nuestros pueblos y con la adopción de medidas transparentes y coordinadas entre nuestros países para enfrentar la distribución de drogas, el lavado de dinero, el tráfico de precursores, la fabricación y la producción de cultivos que se desvían para estos fines. Este sistema debe certificar el avance en nuestra lucha con narcotráfico superando los exámenes y “recomendaciones” de quienes han fracasado hasta ahora en la lucha contra las drogas.

7) Defensa e impulso a la diversidad cultural. La más grande riqueza de la humanidad es su diversidad cultural. La uniformización y mercantilización con fines de lucro o de dominación es un atentado a la humanidad. A nivel de la educación, la comunicación, la administración de justicia, el ejercicio de la democracia, el ordenamiento territorial y la gestión de los recursos naturales debemos preservar y promocionar esa diversidad cultural de nuestros pueblos indígenas, mestizos y todas las poblaciones que migraron a nuestro continente. Así mismo debemos respetar y promover la diversidad económica que comprende formas de propiedad privada, pública y social-colectiva.

8) Despenalización de la hoja de coca y su industrialización en Sudamérica. Así como el combate al alcoholismo no nos puede llevar a penalizar la cebada, ni la lucha contra los estupefacientes nos debe conducir a destruir el amazonas en busca de plantas psicotrópicas, tenemos que acabar con la persecución a la hoja de coca que es un componente esencial de la cultura de los pueblos indígenas andinos, y promover su industrialización con fines benéficos.

9) Avancemos hacia una ciudadanía sudamericana. Aceleremos las medidas que facilitan la migración entre nuestros países, garantizando la plena vigencia de los derechos humanos y laborales y enfrentando a los traficantes de todo tipo, hasta lograr el establecimiento de una ciudadanía sudamericana.

A nivel económico

10) Complementariedad y no competencia desleal entre nuestras economías. Lejos de seguir por el camino de la privatización debemos apoyarnos y complementarnos para desarrollar y potenciar nuestras empresas estatales. Juntos podemos forjar una aerolínea estatal sudamericana, un servicio público de telecomunicaciones, una red estatal de electricidad, una industria sudamericana de medicamentos genéricos, un complejo minero-metalúrgico en síntesis un aparato productivo que sea capaz de satisfacer las necesidades fundamentales de nuestra población y fortalecer nuestra posición en la economía mundial.

11) Comercio justo al servicio de los pueblos de Sudamérica. Al interior de la Comunidad Sudamericana debe primar el comercio justo en beneficio de todos los sectores y en particular de las pequeñas empresas, las comunidades, los artesanos, las organizaciones económicas campesinas y las asociaciones de productores. Tenemos que ir hacia una convergencia de la CAN y el MERCOSUR bajo nuevos principios de solidaridad y complementariedad que superen los preceptos de liberalismo comercial que han beneficiado fundamentalmente a las transnacionales y a algunos sectores exportadores.

12) Medidas efectivas para superar las asimetrías entre países. En Sudamérica tenemos en un extremo países con un Producto Interno Bruto por habitante de 4.000 a 7.000 dólares por año y en el otro extremo países que apenas alcanzan los 1.000 dólares por habitante. Para encarar este grave problema tenemos que cumplir efectivamente todas las disposiciones ya aprobadas en la CAN y el MERCOSUR a favor de los países de menor desarrollo y, asumir un conjunto de nuevas medidas que promuevan procesos de industrialización en estos países, incentiven la exportación con valor agregado y mejoren los términos de intercambio y precios a favor de las economías más pequeñas.

13) Un Banco del Sur para el cambio. Si en la Comunidad Sudamericana creamos un Banco de Desarrollo en base al 10% de las reservas internacionales de los países de Sudamérica estaríamos partiendo de un fondo de 16.000 millones de dólares que nos permitiría efectivamente atender proyectos de desarrollo productivo e integración bajo criterios de recuperación financiera y con contenido social. Así mismo este Banco del Sur se podría fortalecer con un mecanismo de garantía basado en el valor actualizado de las materias primas que tenemos en nuestros países. Nuestro “Banco del Sur” tiene que superar los problemas de otros Bancos de “fomento” que cobran tasas de intereses comerciales, que financian proyectos esencialmente “rentables”, que condicionan el acceso a los créditos a una serie de indicadores macroeconómicos o a la contratación de determinadas empresas proveedoras y ejecutoras.

14) Un fondo de compensación para la deuda social y las asimetrías. Debemos asumir mecanismos innovadores de financiamiento como la creación de impuestos sobre los pasajes de avión, las ventas de tabaco, el comercio de armas, las transacciones financieras de las grandes transnacionales que operan en Sudamérica para crear un fondo de compensación que nos permita resolver los graves problemas de la región.

15) Integración Física para nuestros pueblos y no sólo para exportar. Tenemos que desarrollar la infraestructura vial, las hidrovías, y corredores, no solo ni tanto, para exportar más al mundo, sino sobre todo para comunicarnos entre los pueblos de Sudamérica respetando el medioambiente y reduciendo las asimetrías. En este marco debemos revisar la Iniciativa de Integración Regional Sudamericana (IIRSA), para tomar en cuenta las preocupaciones de la gente que quiere ver carreteras en el marco de polos de desarrollo y no autopistas por las que pasan contenedores para la exportación en medio de corredores de miseria y un incremento del endeudamiento externo.

16) Integración Energética entre consumidores y productores de la región. Conformemos una Comisión Energética de Sudamérica para:

• garantizar el abastecimiento a cada uno de los países privilegiando el consumo de los recursos existentes en la región,
• asegurar, a través del financiamiento común, el desarrollo de las infraestructuras necesarias para que los recursos energéticos de los países productores lleguen a toda Sudamérica.
• definir precios justos que combinen los parámetros de precios internacionales con criterios solidarios hacia la región de Sudamérica y de redistribución a favor de las economías menos desarrolladas.
• certificar nuestras reservas y dejar de depender de las manipulaciones de las transnacionales.
• fortalecer la integración y complementariedad entre nuestras empresas estatales de gas e hidrocarburos.

A nivel del medio ambiente y la naturaleza

17) Políticas públicas con participación social para preservar el medio ambiente. Somos una de las regiones más privilegiadas en el mundo a nivel del medio ambiente, el agua y la biodiversidad. Esto nos obliga a ser extremadamente responsables con estos recursos naturales que no pueden ser tratados como una mercancía más olvidándonos que de ella depende la vida y la propia existencia del planeta. Estamos en la obligación de concebir un manejo alternativo y sostenible de los recursos naturales recuperando las prácticas armónicas de convivencia con la naturaleza de nuestros pueblos indígenas y garantizando la participación social de las comunidades.

18) Junta Sudamericana del Medioambiente para elaborar normas estrictas e imponer sanciones a las grandes empresas que no respetan dichas reglas. Los intereses políticos, locales y coyunturales no pueden anteponerse a la necesidad de garantizar el respeto a la naturaleza por eso propongo la creación de una instancia supranacional que tenga la capacidad de dictar y hacer cumplir la normativa ambiental.

19) Convención Sudamericana por el derecho humano y el acceso de todos los seres vivientes al Agua. Como región favorecida con un 27 % del agua dulce en el mundo tenemos que discutir y aprobar una Convención Sudamericana del Agua que garantice el acceso de todo ser viviente a este recurso vital. Debemos preservar al agua, en sus diferentes usos, de los procesos de privatización y de la lógica mercantil que imponen los acuerdos comerciales. Estoy convencido que este tratado sudamericano del Agua será un paso decisivo hacia una Convención Mundial del Agua.

20) Protección de nuestra biodiversidad. No podemos permitir el patentamiento de las plantas, animales y la materia viva. En la Comunidad Sudamericana tenemos que aplicar un sistema de protección que por un lado evite la piratería de nuestra biodiversidad y por otro lado garantice el dominio de nuestros países sobre estos recursos genéticos y los conocimientos colectivos tradicionales.

A nivel político institucional

21) Profundicemos nuestras democracias con mayor participación social. Sólo una mayor apertura, transparencia y participación de nuestros pueblos en la toma de decisiones puede garantizar que nuestra Comunidad Sudamericana de Naciones avance y progrese por el buen camino.

22) Fortalezcamos nuestra soberanía y nuestra voz común. La Comunidad Sudamericana de Naciones puede ser una gran palanca para defender y afirmar nuestra soberanía en un mundo globalizado y unipolar. Individualmente como países aislados algunos pueden ser más fácilmente susceptibles de presiones y condicionamientos externos. Juntos tenemos más posibilidades de desarrollar nuestras propias opciones en diferentes escenarios internacionales.

23) Una Comisión de Convergencia Permanente para elaborar el tratado de la CSN y garantizar la implementación de los acuerdos. Necesitamos una institucionalidad ágil, transparente, no burocrática, con participación social y que tome en cuenta las asimetrías existentes. Para avanzar efectivamente debemos crear una Comisión de Convergencia Permanente compuesta por representantes de los 12 países para que, hasta la III Cumbre de Jefes de Estado, elaboren el proyecto de tratado de la Comunidad Sudamericana de Naciones tomando en cuenta las particularidades y ritmos de las distintas naciones. Así mismo, esta Comisión de Convergencia Permanente, a través de grupos y comisiones, debería coordinar y trabajar conjuntamente con la CAN, el MERCOSUR, la ALADI, OTCA y diferentes iniciativas subregionales para evitar duplicar esfuerzos, y garantizar la aplicación de los compromisos que asumamos.

Esperando que esta carta fortalezca la reflexión y la construcción de propuestas para una efectiva y positiva II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones, me despido reiterándoles mi invitación para nuestra cita el 8 y 9 de Diciembre en Cochabamba, Bolivia.

Atentamente.
Evo Morales

El imperio del consumo

por Eduardo Galeano


La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble.

La parranda aturde y nubla la mirada; esta gran borrachera universal parece no tener límites en el tiempo ni en el espacio. Pero la cultura de consumo suena mucho, como el tambor, porque está vacía; y a la hora de la verdad, cuando el estrépito cesa y se acaba la fiesta, el borracho despierta, solo, acompañado por su sombra y por los platos rotos que debe pagar.

La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera. El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los suelos, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo. El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus imperiosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi todos esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor. La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo.

El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica.

EEUU consume la mitad de los sedantes, ansiolíticos y demás drogas químicas que se venden legalmente en el mundo, y más de la mitad de las drogas prohibidas que se venden ilegalmente, lo que no es moco de pavo si se tiene en cuenta que EEUU apenas suma el cinco por ciento de la población mundial.

«Gente infeliz, la que vive comparándose», lamenta una mujer en el barrio del Buceo, en Montevideo. El dolor de ya no ser, que otrora cantara el tango, ha dejado paso a la vergüenza de no tener. Un hombre pobre es un pobre hombre. «Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada», dice un muchacho en el barrio Villa Fiorito, de Buenos Aires. Y otro comprueba, en la ciudad dominicana de San Francisco de Macorís: «Mis hermanos trabajan para las marcas. Viven comprando etiquetas, y viven sudando la gota gorda para pagar las cuotas».

Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabilidad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantesca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformizació n obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación. Según la revista científica The Lancet, en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado. El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico.
Triunfa la basura disfrazada de comida: esta industria está conquistando los paladares del mundo y está haciendo trizas las tradiciones de la cocina local. Las costumbres del buen comer, que vienen de lejos, tienen, en algunos países, miles de años de refinamiento y diversidad, y son un patrimonio colectivo que de alguna manera está en los fogones de todos y no sólo en la mesa de los ricos. Esas tradiciones, esas señas de identidad cultural, esas fiestas de la vida, están siendo apabulladas, de manera fulminante, por la imposición del saber químico y único: la globalización de la hamburguesa, la dictadura de la fast food. La plastificació n de la comida en escala mundial, obra de McDonald's, Burger King y otras fábricas, viola exitosamente el derecho a la autodeterminació n de la cocina: sagrado derecho, porque en la boca tiene el alma una de sus puertas.

El campeonato mundial de fútbol del 98 nos confirmó, entre otras cosas, que la tarjeta MasterCard tonifica los músculos, que la Coca-Cola brinda eterna juventud y que el menú de McDonald's no puede faltar en la barriga de un buen atleta. El inmenso ejército de McDonald's dispara hamburguesas a las bocas de los niños y de los adultos en el planeta entero. El doble arco de esa M sirvió de estandarte, durante la reciente conquista de los países del Este de Europa. Las colas ante el McDonald's de Moscú, inaugurado en 1990 con bombos y platillos, simbolizaron la victoria de Occidente con tanta elocuencia como el desmoronamiento del Muro de Berlín.

Un signo de los tiempos: esta empresa, que encarna las virtudes del mundo libre, niega a sus empleados la libertad de afiliarse a ningún sindicato. McDonald's viola, así, un derecho legalmente consagrado en los muchos países donde opera. En 1997, algunos trabajadores, miembros de eso que la empresa llama la Macfamilia, intentaron sindicalizarse en un restorán de Montreal en Canadá: el restorán cerró. Pero en el 98, otros empleados e McDonald's, en una pequeña ciudad cercana a Vancouver, lograron esa conquista, digna de la Guía Guinness.
Las masas consumidoras reciben órdenes en un idioma universal: la publicidad ha logrado lo que el esperanto quiso y no pudo. Cualquiera entiende, en cualquier lugar, los mensajes que el televisor transmite. En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo. Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. Tiempo libre, tiempo prisionero: las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. Pobres y ricos conocen, así, las virtudes de los automóviles último modelo, y pobres y ricos se enteran de las ventajosas tasas de interés que tal o cual banco ofrece.
Los expertos saben convertir a las mercancías en mágicos conjuntos contra la soledad. Las cosas tienen atributos humanos: acarician, acompañan, comprenden, ayudan, el perfume te besa y el auto es el amigo que nunca falla. La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados. Los agujeros del pecho se llenan atiborrándolos de cosas, o soñando con hacerlo. Y las cosas no solamente pueden abrazar: ellas también pueden ser símbolos de ascenso social, salvoconductos para atravesar las aduanas de la sociedad de clases, llaves que abren las puertas prohibidas. Cuanto más exclusivas, mejor: las cosas te eligen y te salvan del anonimato multitudinario. La publicidad no informa sobre el producto que vende, o rara vez lo hace. Eso es lo de menos. Su función primordial consiste en compensar frustraciones y alimentar fantasías: ¿En quién quiere usted convertirse comprando esta loción de afeitar?

El criminólogo Anthony Platt ha observado que los delitos de la calle no son solamente fruto de la pobreza extrema. También son fruto de la ética individualista. La obsesión social del éxito, dice Platt, incide decisivamente sobre la apropiación ilegal de las cosas. Yo siempre he escuchado decir que el dinero no produce la felicidad; pero cualquier televidente pobre tiene motivos de sobra para creer que el dinero produce algo tan parecido, que la diferencia es asunto de especialistas.

Según el historiador Eric Hobsbawm, el siglo XX puso fin a siete mil años de vida humana centrada en la agricultura desde que aparecieron los primeros cultivos, a fines del paleolítico. La población mundial se urbaniza, los campesinos se hacen ciudadanos. En América Latina tenemos campos sin nadie y enormes hormigueros urbanos: las mayores ciudades del mundo, y las más injustas.

Expulsados por la agricultura moderna de exportación, y por la erosión de sus tierras, los campesinos invaden los suburbios. Ellos creen que Dios está en todas partes, pero por experiencia saben que atiende en las grandes urbes. Las ciudades prometen trabajo, prosperidad, un porvenir para los hijos. En los campos, los esperadores miran pasar la vida, y mueren bostezando; en las ciudades, la vida ocurre, y llama. Hacinados en tugurios, lo primero que descubren los recién llegados es que el trabajo falta y los brazos sobran, que nada es gratis y que los más caros artículos de lujo son el aire y el silencio.

Mientras nacía el siglo XIV, fray Giordano da Rivalto pronunció en Florencia un elogio de las ciudades. Dijo que las ciudades crecían «porque la gente tiene el gusto de juntarse». Juntarse, encontrarse. Ahora, ¿quién se encuentra con quién? ¿Se encuentra la esperanza con la realidad? El deseo, ¿se encuentra con el mundo? Y la gente, ¿se encuentra con la gente? Si las relaciones humanas han sido reducidas a relaciones entre cosas, ¿cuánta gente se encuentra con las cosas?

El mundo entero tiende a convertirse en una gran pantalla de televisión, donde las cosas se miran pero no se tocan. Las mercancías en oferta invaden y privatizan los espacios públicos. Las estaciones de autobuses y de trenes, que hasta hace poco eran espacios de encuentro entre personas, se están convirtiendo ahora en espacios de exhibición comercial.

El shopping center, o shopping mall, vidriera de todas las vidrieras, impone su presencia avasallante. Las multitudes acuden, en peregrinación, a este templo mayor de las misas del consumo. La mayoría de los devotos contempla, en éxtasis, las cosas que sus bolsillos no pueden pagar, mientras la minoría compradora se somete al bombardeo de la oferta incesante y extenuante. El gentío, que sube y baja por las escaleras mecánicas, viaja por el mundo: los maniquíes visten como en Milán o París y las máquinas suenan como en Chicago, y para ver y oír no es preciso pagar pasaje. Los turistas venidos de los pueblos del interior, o de las ciudades que aún no han merecido estas bendiciones de la felicidad moderna, posan para la foto, al pie de las marcas internacionales más famosas, como antes posaban al pie de la estatua del prócer en la plaza. Beatriz Solano ha observado que los habitantes de los barrios suburbanos acuden al center, al shopping center, como antes acudían al centro. El tradicional paseo del fin de semana al centro de la ciudad, tiende a ser sustituido por la excursión a estos centros urbanos. Lavados y planchados y peinados, vestidos con sus mejores galas, los visitantes vienen a una fiesta donde no son convidados, pero pueden ser mirones. Familias enteras emprenden el viaje en la cápsula espacial que recorre el universo del consumo, donde la estética del mercado ha diseñado un paisaje alucinante de modelos, marcas y etiquetas.

La cultura del consumo, cultura de lo efímero, condena todo al desuso mediático. Todo cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad de vender. Las cosas envejecen en un parpadeo, para ser reemplazadas por otras cosas de vida fugaz. Hoy que lo único que permanece es la inseguridad, las mercancías, fabricadas para no durar, resultan tan volátiles como el capital que las financia y el trabajo que las genera. El dinero vuela a la velocidad de la luz: ayer estaba allá, hoy está aquí, mañana quién sabe, y todo trabajador es un desempleado en potencia.

Paradójicamente, los shoppings centers, reinos de la fugacidad, ofrecen la más exitosa ilusión de seguridad. Ellos resisten fuera del tiempo, sin edad y sin raíz, sin noche y sin día y sin memoria, y existen fuera del espacio, más allá de las turbulencias de la peligrosa realidad del mundo.

Los dueños del mundo usan al mundo como si fuera descartable: una mercancía de vida efímera, que se agota como se agotan, a poco de nacer, las imágenes que dispara la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza, sin tregua, al mercado. Pero, ¿a qué otro mundo vamos a mudarnos? ¿Estamos todos obligados a creernos el cuento de que Dios ha vendido el planeta unas cuantas empresas, porque estando de mal humor decidió privatizar el universo? La sociedad de consumo es una trampa cazabobos. Los que tienen la manija simulan ignorarlo, pero cualquiera que tenga ojos en la cara puede ver que la gran mayoría de la gente consume poco, poquito y nada necesariamente, para garantizar la existencia de la poca naturaleza que nos queda. La injusticia social no es un error a corregir, ni un defecto a superar: es una necesidad esencial. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.


PALABRAS DE DANIEL PRESIDENTE
DEL GOBIERNO DE RECONCILIACIÓN
Y UNIDAD NACIONAL DE NICARAGUA


Esta Banda le pertenece a los campesinos, a los trabajadores, a la juventud, a las mujeres; esta Banda le pertenece a Nicaragua entera, a los pobres, al pueblo, a todos los nicaragüenses que están dispuestos a luchar por la justicia.

A todos los nicaragüenses que están dispuestos a luchar, porque desaparezca el hambre, la falta de salud, la falta de educación de nuestra Patria. A todos los nicaragüenses que, a pesar de los golpes recibidos, por las políticas neoliberales... cada vez que converso sobre el tema, con los mismos representantes de los organismos del Fondo Monetario, del Banco Mundial; con los representantes de la Comunidad Europea y con representantes del mismo Gobierno norteamericano, les digo... ¿Cuáles son los resultados de estas políticas que Su Santidad el Papa Juan Pablo II, llamó capitalismo salvaje?

¡Así lo llamó Su Santidad! Y, les pregunto, y les digo a quienes siguen insistiendo, que el modelo neoliberal es la única salida para que nuestros pueblo puedan llegar al bienestar y al progreso... les digo, pero... ¡voy a someterme a la prueba aquí en Nicaragua! Y, no vamos a poner de ejemplo otros países, porque ¡sobran ejemplos donde la situación es similar!

Aquí en Nicaragua, desde el año 1990 hasta la fecha, se instaló el neoliberalismo y... ha habido crecimiento económico, y se ha logrado controlar la inflación, ¡es cierto! Y, si hay crecimiento económico y el país está produciendo tanta riqueza... ¿donde va a parar esa riqueza? ¿Acaso va a parar a los campesinos? ¿acaso va a parar a los trabajadores? ¿acaso va a beneficiar a las familias, a la juventud? ¿Acaso ese crecimiento económico beneficia a nuestra niñez?

¡Beneficia a unos pocos! y por eso es que, después de 16 años les digo... ¡pero cómo me pueden seguir insistiendo que este modelo es lo mejor! cuando, en Nicaragua, tenemos 4 millones 200 mil nicaragüenses en la pobreza; de los cuales, 2 millones 200 mil que están en la extrema pobreza, y de ellos, tenemos a 1 millón 500 mil nicaragüenses que pasan hambre todos los días.

Con un país con tanta riqueza, un país bendito por Dios, con tierra fértil, con agua por todos lados, y sobre todo, con hombres y mujeres ¡que no quieren vivir de la limosna! que no quieren salir del país; que quieren ganarse el pan con el sudor de su frente; un pueblo que lo que quiere es Trabajo, Paz, Reconciliación.

Esta tarde histórica, hemos regresado al Gobierno, ¡después de 16 largos años! Nosotros, por las circunstancias de la historia, nos vimos obligados a empuñar las armas, como las empuñó José Dolores Estrada, en San Jacinto, en la batalla contra los filibusteros del norte, contra los expansionistas. Nos vimos obligados a empuñar las armas, como aquella piedra que, en los corrales de San Jacinto, levantó nuestro héroe Andrés Castro, para derribar, de una pedrada, a los invasores.

Es decir, nos vimos obligados a levantarnos, como se levantó Zeledón, como se levantó Sandino, contra la ocupación; y finalmente, aquel glorioso 19 de julio de 1979, Nicaragua se convirtió en un territorio libre más, de América Latina y el Caribe.

Escuchábamos el mensaje que pronunciamos después de entregar el Gobierno en el año 1990, y allí dijimos, en pocas palabras... “que los Revolucionarios, los pueblos, los campesinos, los trabajadores, la juventud, donde hay dignidad, donde hay fortaleza, esos pueblos, esos luchadores, esas luchadoras ¡ni se venden, ni se rinden! y dijimos entonces, que ¡íbamos a gobernar desde abajo!

Una mala palabra para los que quieren gobernar desde arriba, sin tomar en cuenta a los de abajo; una mala palabra, para los que quieren gobernar desde arriba, para explotar y oprimir a los de abajo; una mala palabra, para los que quieren enriquecerse, a costa de la pobreza y el hambre del pueblo.

Y este pueblo, ha tenido el coraje, el valor, la conciencia, de resistir, en medio del hambre, en medio de la pobreza, en medio de la incertidumbre. Miles de hermanos han tenido que emigrar hacia otras naciones, hacia otros países, para buscar trabajo; miles de niños piden por las calles y por los caminos, para poder medio comer, medio alimentarse.

Y, han sido 16 años, en los que el pueblo ha pagado los grandes costos de estas políticas económicas, que se conocen como neoliberalismo. Nosotros, tenemos el reto de abrir un nuevo camino, que le permita a las familias nicaragüenses vivir con dignidad; el camino que le permita, a todo el pueblo nicaragüense, prosperar; el camino que les permita a los campesinos, acceder al financiamiento.

El camino que le permita a la juventud, acceder a la educación; que no tengamos estas cifras dramáticas, del 35% de analfabetismo en Nicaragua. Nicaragua, no puede ser libre con gente desempleada, con gente en la pobreza; Nicaragua no puede ser libre, con hombres y mujeres en el analfabetismo; Nicaragua no puede ser libre con miles de niños que no pueden ir a la escuela.

Por eso, los retos que tenemos ¡son inmensos! Porque, durante estos 16 años, se establecieron las bases de un modelo, que ha dado esos resultados. Yo les digo a quienes promueven este modelo, con sus recursos, los países del Norte, los países desarrollados, ricos... les digo: “pero, si este es un modelo que no está funcionando, y, la mejor prueba de eso es que, en 1979, cuando triunfó la Revolución en Nicaragua, encontramos 65% de analfabetismo, nos lanzamos a alfabetizar a pesar de aquellas condiciones adversas de la confrontación, y logramos reducir el analfabetismo al 12.5%.

En el año 90, entregamos a Nicaragua con el 12.5% y, después de estos 16 años, con el crecimiento económico... ¿qué es lo que ha sucedido? ¡Ha crecido también el analfabetismo! Y, es la prueba más contundente que este modelo, no soluciona los problemas que enfrentan los pueblos en América Latina y El Caribe; que ese modelo no resuelve los problemas que enfrenta el pueblo nicaragüense.

Hemos dado la oportunidad, el pueblo les ha dado la oportunidad durante 16 años, de experimentar el modelo; aquí no han habido levantamientos como en Bolivia, donde han derrocado gobiernos; o como en Ecuador, que han derrocado gobierno tras gobierno, cuando se presentan situaciones como esta que les estoy describiendo. Aquí, el pueblo ha tenido ¡una enorme paciencia! Se ha llenado de una gran paciencia, Dios le ha dado una gran paciencia a este pueblo, una gran sabiduría, y ellos, han tenido la oportunidad de poner en práctica su modelo.

Los resultados ustedes los conocen muy bien, los resultados son, más riquezas para los que más tienen y, más pobreza para los que menos tienen. Y entonces ¿qué comprometimos en nuestra campaña? Dijimos que teníamos que unirnos los nicaragüenses...

(cambio de cassette)

... cuando la miseria, el hambre afectaba a una familia liberal, a una familia sandinista, conservadora, católica o evangélica, el hambre no hace diferencias; esas políticas económicas no hacen diferencias... hacen sufrir por igual, a la inmensa mayoría de las familias nicaragüenses, independientemente del Partido Político con que simpaticen.

Por eso dijimos, así como Sandino levantó la bandera rojinegra para defender la soberanía de la Patria, frente a la ocupación extranjera; hoy, nosotros, desde la bandera rojinegra de Sandino, del Frente Sandinista, hemos invitado a todos los nicaragüenses, a todas las banderas, a unirnos bajo la bandera azul y blanco para sacar del hambre, de la miseria, de la pobreza, al pueblo nicaragüense.

Todos tenemos cabida en este país, que realmente tiene poca población para la extensión territorial. El Salvador, un país bien pequeño, anda por los 21 mil kilómetros cuadrados y tiene mucha más población que Nicaragua. Aquí tenemos tierras... ¡no hay razón para estar peleando por tierras! no hay razón para estar ocupando tierras... hay suficiente tierras.

Lo que ha faltado es un Gobierno del pueblo que le entregue, conforme ley, la tierra a los campesinos; con el financiamiento para que la trabajen y produzcan esos frijoles que consumimos en las ciudades; y produzcan ese maíz, que luego se convierte en tortillas y que disfrutamos todos en las ciudades.

Son los campesinos los más abandonados, los más abnegados, los más sacrificados y, son prácticamente, la mitad de la población nicaragüense. Por eso es que hemos dicho, tenemos que unirnos todos, desde los que más tienen; los que más se han enriquecido, tienen que aportar, contribuir para que todos, juntos, saquemos a Nicaragua de la pobreza y, entonces, las familias nicaragüenses puedan vivir con dignidad.

Para que todos juntos, enfrentemos problemas que no hacen diferencia entre ricos y pobres. El problema del medio ambiente, no hace diferencia y afecta por igual a rico y pobres; por igual afecta a los países que están empobrecidos, y a los países que acumulan el capital y la riqueza en el mundo.

Tenemos que defender el derecho de la humanidad, el derecho de la familia, de los seres humanos, a vivir en este pequeño Planeta, llamado Tierra que Dios, Nuestro Señor vino, llevándolo a la vida en siete días. No podemos permitir que nuestros recursos naturales se destruyan. No podemos permitir que nuestros recursos naturales sean privatizados; el agua no debe ser privatizada; el agua ¡no puede ser privatizada!

¿Quién en Nicaragua, podría estar de acuerdo con que se privatice el agua? Ya hemos visto los resultados de las privatizaciones y, sobre esto, he conversado bastante con nuestro hermano Hugo Chávez, porque estoy hablando del problema energético. Si falta la energía, nos afectamos todos, desde los más ricos, las más grandes industrias, las más grandes empresas, los más grandes capitales, hasta las más humildes familias se ven afectadas cuando falta la energía.

Los muchachos, las muchachas, se ven afectados para estudiar en la noche, cuando falta la energía; los que tienen su trabajo por cuenta propia; los que con gran esfuerzo han comprado una computadora... de repente viene el apagón ¡y les dañó la computadora! Los que con gran esfuerzo compraron el televisor, el radio, la refrigeradora... vino el apagón y se los dañó.

Las familias que tienen su ventecita y su pulpería, que guardan en la mantenedora, carne, pollo, alimentos que se pueden descomponer... vino un apagón y entonces ¡pierden! Todo el mundo pierde, los que más tienen y los que menos tienen; pierde todo el país y, en esas condiciones, no puede progresar. ¡Imposible que el país pueda progresar!

¿Qué es lo que pasó con la energía? Aquí... ¡se privatizó la energía en estos años! Se privatizó la distribución de la energía a una empresa española y, se privatizó la energía, dándole en concesión las generadoras que eran del Estado, a particulares. Lógicamente, que los empresarios que concesionaron estas plantas, buscaron las que estuvieran en mejor estado, porque ningún empresario se va a meter a invertir en una planta que esté en mal estado, para perder; el empresario se mete para buscar cómo ganar.

La mayor planta que tiene Managua, que lleva ese mismo nombre, la Planta Managua, es la que quedó en manos del Estado, porque ya es una planta que tiene más de 40 años; a cada rato hay que estarla reparando, está completamente deteriorada... nadie quiso hacerse cargo de la Planta Managua, porque decían “allí voy a perder.”

Ellos buscaron las plantas que estuvieran en buenas condiciones; y por eso, la Planta Managua quedó en manos del Estado. La otra que se logró salvar y se ha logrado salvar gracias al clamor del pueblo, es Hidrogesa, que es nuestra planta hidroeléctrica y que también la iban a privatizar, pero el pueblo protestó y, finalmente, ¡no se privatizó, ni se privatizará Hidrogesa!

Pero es que además, Hidrogesa ha demostrado en estos años, como lo demostró en nuestro Gobierno, que daba ganancias, utilidades. Es una empresa que da ganancias... ¿cómo es posible que una empresa que da ganancias se vaya a entregar a un precio regalado? pero, además, poniendo en riesgo un recurso vital como es el agua.

Y cuando hablamos de la energía, también, cuando falta la energía ¡falta el agua! Y ustedes lo saben perfectamente bien, cómo continuamente está faltando el agua en los barrios de Managua y en diferentes lugares de nuestro país. Allí tenemos un grave problema que estamos heredando, resultado de la privatización... ¡eso es resultado de la privatización!

Si no tuviésemos esos problemas, si tuviésemos un servicio de energía permanente; si el recibo que les llega a ustedes, fuese con el cobro justo... entonces diríamos ¡qué bueno que hayan privatizado! Pero... es que ¡no! Ha sucedido todo lo contrario; ahora tenemos apagones continuamente y, cuando llega la cuenta, a pesar de que no hay servicio de energía... llega cada vez más alta.

Esta situación tenemos que enfrentarla de inmediato y estamos trabajando un plan de emergencia en el que están contribuyendo nuestros hermanos venezolanos de la República Bolivariana; está contribuyendo nuestro hermano Hugo Chávez, que ya mañana nos hará entrega de las primeras plantas, que nos están haciendo llegar, para ir cubriendo ese déficit de energía, que tenemos.

Hablar de la necesidad de unirnos los nicaragüenses, creo que es importante reconocer y quiero aquí, reconocerlo públicamente, que hemos encontrado una gran disposición de todos los sectores de la sociedad nicaragüense, desde los que más tienen hasta los que menos tienen; desde los grandes empresarios, los dueños de la Banca, inversionistas. En todos ellos hemos encontrado la disposición de unir esfuerzos para librar esta batalla en contra de la pobreza y, en contra de la falta de energía.

Es decir, en la unidad está la fuerza; en la unidad está la victoria; y así como tenemos que unirnos los nicaragüenses para enfrentar todos estos desafíos y aportando todos, ideas, propuestas. Hemos encontrado iniciativas de sectores populares, muchas propuestas e igualmente, iniciativas y propuestas de los sectores empresariales, que son bienvenidas por este Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.

De la misma manera, tenemos que unirnos los centroamericanos; tenemos que seguir luchando por la Unidad Centroamericana y, los centroamericanos unirnos con los caribeños; y los centro-americanos, caribeños, y mexicanos, que están más al norte, unirnos con los suramericanos. Unirnos bajo una sola bandera, porque realmente, somos una sola nación, una sola cultura, un solo pueblo... no hay razón alguna para que existan barreras, para que existan fronteras entre nuestros pueblos.

No hay razón alguna para que sufran de tanta pobreza nuestros pueblos; no hay razón alguna para que, en ocasiones, se enfrenten nuestros pueblos por un pedazo de tierra en una zona fronteriza y que, como resultado de esas guerras fronterizas, no le traen ningún bienestar a los pobres. Los pobres siguen siendo cada vez más pobres, más marginados.

La Unidad que soñó Bolívar, esa Unidad que soñó Martí, es la misma Unidad que soñó Sandino y, es la Unidad que ha venido levantando, con gran arrojo, con mucha fe en Dios y en los pueblos, nuestro hermano Hugo Chávez, desde Venezuela. Anda clamando, así como clamaba Darío... ¡yo quiero paz, paz, paz! nuestro hermano Hugo Chávez, con Evo, con Fidel, están clamando ¡unidad, unidad, unidad! Y aquí, también los sandinistas decimos: ¡unidad, unidad, unidad! hermanos latinoamericanos.

Nos vamos a incorporar al ALBA... ¡al alba de oro! Como decía Rubén Darío. ¿Y qué es el Alba? Esa unidad de los pueblos es lo único que puede sacar de la pobreza a toda América Latina, porque podemos unirnos todos aquí en Centroamérica; pero tenemos que comerciar con otros países y, si no se establece un comercio justo, entonces un día, va a estar bien un país, un sector; otro día va a estar mal y va a ir a la quiebra.

Necesitamos la unidad para lograr que nuestros pueblos potencien toda su riqueza, todos sus recursos naturales; necesitamos la unidad latinoamericana y caribeña para que juntos, seamos más fuertes. Los europeos se unieron a pesar de que tienen diferentes idiomas; a pesar que libraron guerras colonialistas, que los llevaban a enfrentarse entre ellos mismos, por dominar extensas zonas de nuestro planeta. ¡Las guerras entre los europeos eran terribles! Entre franceses, alemanes, británicos, españoles, italianos... toda Europa vivía en guerra. Con diferentes culturas, diferentes lenguas y, se han visto obligados a unirse.

¿Qué son los Estados Unidos, si no una Confederación de Estados? Estados Unidos, si no estuviese unido, no tendría la fortaleza que tiene. Por lo tanto, unidos los latinoamericanos ¡vamos a ser mucho más potentes, más fuertes! Y tendremos entonces, la capacidad, como decía Su Eminencia el Cardenal Obando hoy, en el Traspaso de Mando... de poner en práctica ¡la solidaridad! Porque sin solidaridad no hay justicia, no hay futuro, no hay amor.

En esta noche llena de alegría, de esperanzas, de futuro, ¿qué les puedo decir, hermanos? Les decía que esta Banda es de todos; esta Banda ya está multiplicada en el pecho y el corazón de todos los nicaragüenses. La banda no se queda en el pecho de Daniel, sino que se queda en el pecho de Juan, de María, de Luis, de Pedro... ¡de todos los nicaragüenses! Allí está la Banda Presidencial... ¡el pueblo es el Presidente!

El pueblo es el que tiene que ejercer el poder y, nosotros, al tener estos cargos... y se piensa... ¡se puede enfermar el que ocupa un alto cargo! De repente se siente que está arriba y que está en las nubes y se olvida del que lo llevó al cargo; se olvida que, si está en ese cargo como funcionario público, es gracias al pueblo, a los ciudadanos, a los nicaragüenses... entonces, el que esté pensando en montarse en alguna nube, que vaya cantando ya... “¡me caí de la nube en que andaba!”

Aquí no habrán funcionarios volando en las nubes... ¡tenemos que seguir gobernando desde abajo! Con el pueblo, con los campesinos, con los trabajadores, con las mujeres. Hemos hecho un esfuerzo extraordinario y lo seguiremos haciendo para lograr que, en todo el aparato de Gobierno, Ministros, Viceministros, Directores y todos los altos cargos, lo mismo que en el Cuerpo Diplomático, tenemos que cumplir la meta, 50% mujeres, 50% varones.

No voy a repetir todo lo que es nuestro programa de Gobierno, que ustedes lo conocen perfectamente bien. Ahora, el reto es poner en práctica ese Programa de Gobierno... ¡es una batalla titánica! No es una batalla de un día, ¡ustedes lo saben perfectamente bien!

Lo importante es que esta batalla, el pueblo unido saldrá adelante; la nación entera unida, saldrá adelante. Con esa voluntad que hemos encontrado en todos los grupos económicos, en todos los sectores sociales, en todas las fuerzas políticas, con ese espíritu de unidad... Nicaragua saldrá adelante.

En esta noche, tenemos con nosotros al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, que nos ha dirigido sus palabras, llenas de amor para el pueblo nicaragüense; al Presidente de Bolivia, nuestro querido hermano Evo Morales y, al Representante de nuestro hermano Fidel, un hermano de Fidel, de la dirigencia de la Revolución Cubana, el hermano José Ramón Machado, el Vicepresidente, delegado de Fidel. ¿Qué les podés decir a esta gente, de parte de Fidel, Machado?

¡Gracias Fidel! ¿Cómo podemos nosotros alegrar a Fidel? Siendo firmes, siendo inclaudicables, siendo luchadores. Eso es lo que alegra a Fidel, que lo tuvimos en varias ocasiones en Nicaragua; Fidel, que tanta solidaridad ha dado a los pueblos del mundo y, en particular, al pueblo nicaragüense.

Fidel, esa heroica Revolución Cubana que en los momentos más difíciles ha sido solidaria con el pueblo nicaragüense; donde, hoy tenemos, en Cuba, más de mil estudiantes de medicina, estudiando gratuitamente, becados por el noble corazón de nuestro hermano Fidel y el pueblo cubano.

Les decía, hermanos, que así como tenemos diferentes acuerdos, Tratados; está el Tratado con los Estados Unidos, el CAFTA, que se aprobó hace unos cuantos meses y nosotros decíamos, con toda claridad, que ese Tratado no contemplaba, no consideraba, lo que es la condición de un país como Estados Unidos, que tiene grandes y enormes recursos y que subsidia su economía, con las economías de nuestros países y, por lo tanto, había que saberlo negociar.

Pero, al final se firmó un Tratado que trae algunos beneficios a algunos sectores, pero que no trae beneficios a otros. He conversado con los Representantes norteamericanos y les he dicho que el problema, es que no consideran la asimetría con las economías de estos países.

Y luego, están con el problema de los inmigrantes... ¿porqué tanta gente va a los Estados Unidos? ¡Porque no tienen trabajo en sus países! Si Estados Unidos hiciera una política diferente hacia América Latina; si reconociera esas asimetrías... es decir, estas son economías a las que hay que inyectarles muchos recursos para que puedan ser competitivas, como ellos mismos dicen.

Pero ¿cómo va a poder competir un pequeño productor nicaragüense con un productor norteamericano que es subsidiado? ¡Imposible! Yo les he dicho a ellos, la única manera de detener la emigración a los Estados Unidos, es que ellos hagan una política económica hacia América Latina, verdaderamente justa, correspondiente con esas asimetrías.

Seguiremos luchando porque mejoren las condiciones, pero tenemos nuestra propia propuesta, nuestro propio planteamiento de unidad latinoamericana, que es el ALBA. ¡Y vamos a unirnos al ALBA! Pero, yo quiero pedirles a ustedes, porque aquí el Presidente no puede estar tomando decisiones inconsultas... quiero pedirles a ustedes... ¿Quiénes están de acuerdo con que nos suscribamos al ALBA con Venezuela, con Bolivia, con Cuba? ¡A ver, levantando esas manos; levantando esas banderas!

Nos vamos a suscribir al ALBA... ¿nos suscribimos o no? ¡Hablemos claro! ¿Nos suscribimos al ALBA? ¡Sí! Entonces, mañana, cumpliendo la voluntad popular, nos vamos a adherir al ALBA, porque se queda nuestro hermano Presidente, Hugo Chávez, y Evo también se queda mañana, así como nuestro hermano Machado.

Se quedan Cuba, Venezuela, Bolivia... y es que el ALBA y la solidaridad caminan rápidamente, no hay que estar esperando a negociar con los organismos; porque fíjense que llegué a Venezuela, hablé con el Presidente Chávez, le dije del problema energético e ¡inmediatamente1 ordenaron que unas plantas eléctricas nuevas que iban para Venezuela y se encontraban en Cuba, de tránsito... se enviaran a Nicaragua.
Y las plantas, ya están llegando a Nicaragua; incluso, algunas de ellas ya están instaladas y, dentro de pocas semanas, ¡van a empezar a generar! Igualmente, los hermanos cubanos... ¿qué me dijo Fidel? Yo les he recordado a ustedes lo que me dijo cuando ellos estaban empezando con este método de alfabetización “Yo sí puedo” y me preguntó... “Daniel, cómo está el analfabetismo en Nicaragua?” Ha crecido una barbaridad, le dije, ahora estamos en 35%.

Y entonces me expresa Fidel: “tienen a la disposición este método, que se llama Yo sí puedo; pero, además, les vamos a donar los televisores, las casseteras, todo el material y el costo del transporte para que se vaya alfabetizando el pueblo nicaragüense, aunque ustedes no estén en el Gobierno.” Y lo hicimos con las Alcaldías... ¡eso es solidaridad! Como decía el Cardenal, ¡eso es ser cristiano!

Entonces... ¡a trabajar, hermanos! Hoy más que nunca tenemos que trabajar; hoy, más que nunca, tenemos que luchar contra la corrupción; porque aquí, no es cuestión de que porque ahora, agarré un cargo, es para volverme rico ¡no! Aquí, ya dijimos que vamos a reducir los megasalarios... ese es un compromiso que tenemos; y, a tomar medidas de austeridad.

Y vamos a despachar donde está el pueblo, en los barrios, en el campo; en las diferentes ciudades y municipios. Por eso no queremos ese famoso Despacho Presidencial ¡no hace falta Presidencia! La Presidencia está donde está el pueblo, donde están los campesinos... donde está la choza de un campesino ¡ahí está la Presidencia! Donde está el hogar de una familia pobre en los asentamientos ¡ahí está la Presidencia! Y allí, debe estar el gobernante y, allí deben estar los Ministros, resolviendo los problemas con el pueblo.

Hermanos y hermanas nicaragüenses; juventud ¡divino tesoro! Como decía Rubén Darío... ¿dónde está esa juventud? ¿Dónde están esas mujeres, esos hombres, ese pueblo? ¿Dónde está ese pueblo que no se vende, que no se rinde? ¿Dónde está el pueblo de Sandino, de Darío, de Andrés Castro, de Carlos Fonseca? ¿Dónde está el pueblo de Nicaragua?

Hermanos, hermanas, niños, niñas de Nicaragua, ¡que nunca faltan los niños y niñas en brazos de sus padres, de sus madres! Y anduvieron en toda la campaña. Lisiados de guerra... ¡no podemos olvidarnos de ellos! Tanto de los hermanos sandinistas que quedaron lisiados de guerra, como de los hermanos de la Contra, que también quedaron lisiados de guerra y que, han entendido que tenemos que unirnos para que los campesinos tengan tierra y puedan producirla en paz, y puedan prosperar.

Igualmente, a nuestros hermanos de la Costa del Caribe, nuestros hermanos miskitos, sumos, mayagmas, ramaquíes, garífonas, afrodescendientes; a todas esas comunidades del Caribe de Nicaragua, de la Costa Atlántica, de las Regiones Autónomas Atlántico Norte y Sur; a todos los hermanos de las comunidades que están sobre el Río Wanki, sobre el Río Coco; a los hermanos que están en Bilwi, Waspán, que nos están viendo y escuchando en estos momentos. A todos nuestros hermanos de Bluefields, Corn Island, Laguna de Perlas... para todos ellos, nuestro compromiso de hacer realidad la Autonomía para los pueblos originarios, indígenas, de la Costa del Caribe de Nicaragua.

En esta noche... ¿cómo no recordar y rendir homenaje a nuestros Héroes y Mártires? Ellos están aquí presentes, en el corazón del pueblo; ellos están aquí, también, dándonos fortaleza, más ánimo, para continuar estas luchas; para continuar estas batallas.

Y ¿cómo no rendirle homenaje, en esta noche, a esas queridas y sufridas madres de héroes y mártires? Madrecitas, a las que les han venido arrebatando las pensiones miserables que recibían; madrecitas que viven en la pobreza y la miseria; madrecitas que perdieron a un hijo, una hija en la lucha contra la dictadura de Somoza y luego, en la defensa de la Revolución.

Madrecitas también que perdieron hijos con la contrarrevolución... para todas ellas, para todas esas madres, nuestro amor y nuestro compromiso de hacer justicia con las madres, para que vivan el resto de sus días, de manera digna, que realmente nos permita decirle a sus hijos... “Hermanos, no les hemos fallado, no les fallaremos; no nos hemos olvidado de su ejemplo; de ustedes, que lo dieron todo ¡sin pedir a cambio nada!”

Dieron la vida, sin pedir a cambio nada... ¿Qué más puede ofrecer un ser humano a favor de sus semejantes, tal y como Cristo ofreció su vida para que reinara la justicia, el amor entre los hombres, las mujeres, entre los pueblos? Ese es el reino que Cristo quiere para este mundo.

No es el reino de las guerras; no es el reino de las ocupaciones; no es el reino de las acciones militares preventivas; no es el reino de los cautiverios; no es el reino del empobrecimiento de los pueblos del mundo; no es el reino de la destrucción de la naturaleza... lo que Cristo quiere es el Reino del Amor, de la Solidaridad.

Y, en ese reino, estamos comprometidos a trabajar todos los nicaragüenses, todos los latino-americanos y todos los que en este Planeta tenemos conciencia y compromiso de Humanidad.

Mensaje del presidente de Bolivia y candidato al Nobel de la Paz al
Foro Social Mundial

Evo Morales :

"Espero que de este Foro salgan propuestas que permitan terminar con el
modelo neoliberal"


Primero quiero saludar al Foro Social Mundial y a todos los compañeros
y compañeras, hermanos y hermanas que participan para seguir dando
línea programática, política e ideológica, para cambiar el mundo
finalmente, este mundo de injusticias, de desigualdades. Los foros, los eventos
internacionales, mundiales, siempre nos orientan a los líderes
sindicales, y ahora -porqué no decir- a los presidentes. Espero que de este Foro
salgan propuestas que permitan cambiar y aseverar cómo terminar con el
modelo neoliberal que ha hecho mucho daño en mi país, Bolivia, como
también en América latina y con seguridad en otros países del mundo.

Yo creo que en el mundo hay dos líneas: gobiernos, presidentes, que
apuestan por la vida y hay presidentes y gobiernos que, con sus políticas,
apuestan para acabar con vidas. En menos de un año de Presidente, yo he
encontrado dos pueblos, dos gobiernos o dos programas, si somos más
claros, unos gobiernos mandan tropas para salvar vidas y otros gobiernos
mandan tropas para acabar con vidas. Esa es la profunda diferencia, unos
están para buscar cierta hegemonía, otros para salvar vidas en el marco
de la solidaridad, de la reciprocidad. Entonces, ¿a cual nos sumamos?
Yo digo a los gobiernos de presidentes, comandantes, que salvan vidas,
solidaria, incondicionalmente. Otros, en una cuestión de hegemonía,
siguen pensado en cómo dominar el mundo con costos de vidas, irrespetando a
los derechos humanos.

Por tanto aquí hay que pensar en la vida, hay que pensar en la
humanidad, hay que pensar en cómo salvar a la humanidad, y eso es salvando al
planeta Tierra; desde el movimiento indígena es un aporte importante
cómo vivir en armonía con el planeta Tierra, como decimos en Bolivia, con
la Pacha Mama, la madre tierra. Me alegra mucho que vayan creciendo
movimientos ecologistas, movimientos llamados verdes, movimientos por la
humanidad, movimientos humanistas. Todos debemos juntarnos en todo el
mundo para salvar a la humanidad salvando al planeta Tierra, acabando con
cualquier política militarista, intervencionista, soberbia. Pensar en
dominar, bajo la militarización, no es la vía correcta sino es una forma
mas bien de seguir atentando contra la vida, por tanto, contra los
derechos humanos.

Por un momento había pensado que nuestros líderes sindicales, sociales,
planteaban en la región que aprendieran inglés para ir a compartir
experiencias de lucha en África. No se puede entender cómo en algunos
países de África tengan tanta riqueza pero con más pobreza que en Bolivia,
que Bolivia tiene tanta riqueza pero también tanta pobreza.
Lamentablemente los recursos naturales están tan destruidos, que para recuperarlos
es necesario prepararnos como pueblos, en base a la conciencia, a la
conscientización, que los pueblos planteen la recuperación de sus
recursos naturales para cambiar la situación social en los países del Sur.

Esta relación de Sur a Sur no solo es importante en acuerdos y
contactos entre presidentes y gobiernos, sino entre los pueblos, lo que hay que
gestar son esos encuentros, porque a mí me preocupa que en algunos
países de África, los excluidos, los marginados, los discriminados, asuman
la conducción del país, tal vez se liberen como seres humanos pero no
están pensando en la liberación de los recursos naturales y mientras no
liberemos los recursos naturales, no habrán cambios. Tal vez algunos
grupos oligárquicos digan: bueno, pobrecitos, negros, indígenas, ya están
en el gobierno; sí, gobernamos, pero si no afectamos los intereses
económicos nos van a apoyar mas bien; si de lo que se trata es de liberar,
de nacionalizar los recursos naturales.

Me parece importante este encuentro, las alianzas Sur Sur pero desde
los pueblos fundamentalmente. Bien, siento que tenemos unos vacíos, en
Latinoamérica, en Suramérica, somos campeones para expulsar presidentes,
siento que ahora en estos países no hay esta situación y la tarea es
cómo crear mayor conciencia para que juntos podamos luchar. Yo resaltaría
un acuerdo Sur Sur, del Medio Oriente, África, África del Sur, con Sur
América o Latinoamérica, para que sea una base para frenar la soberbia
del imperio.